En primer lugar, cualquier suceso de riesgo crediticio por la fortaleza del dólar o el agresivo endurecimiento monetario de los Bancos Centrales. 

En segundo lugar, que la FED cambie de orientación – algo que desde Fidelity creen que tiene que hacer en cualquier momento porque el endurecimiento es demasiado agresivo. “Cuando esto ocurra el dólar se verá depreciado con fuerza, lo que será muy positivo para los diferenciales en deuda corporativa, deuda de países emergentes y activos de riesgo en general,” dice Óscar Esteban, Sales Director de la gestora. 

Y, por último, la recesión que esperamos en Europa en 2023 “que dificultará al BCE a seguir con su política de subida de tipos desde el 1,25% actual al tipo terminal del 3,5% que descuentan los mercados”.