Durante 2009 y 2010, hemos visto un gran impulso del mercado de renta fija, explica Caturla, “los volúmenes de emisión han aumentado considerablemente y dado que aún no se han estabilizado los niveles de financiación normales, pensamos que el proceso va a seguir en 2010 con un volumen alto y fuerte sobre todo para empresas grandes pues las pequeñas lo tienen más complicado”.


La banca es la clara protagonista en este mercado de renta fija
. Como recuerda este experto, “las entidades financieras tradicionalmente han sido las que más han acudido al mercado de deuda y no solo con la crisis”. Ahora mismo -continúa- “hay una serie de vencimientos importantes y el problemas más importante que se les puede plantear son las dudas por parte del extranjero sobre todo por el riesgo país”. Y más aún si se tiene en cuenta que “el Banco Central Europeo va a ir retirando las ayudas al sistema financiero, lo que va a ayudar a la reorganización del sistema financiero”.

Algunos tipos de deuda resultan difíciles de comprender para muchos de los inversores, por ello, Caturla explica las características principales que existen entre ellas. Desde AVIVA España comienzan analizando al deuda subordinada, un mundo al que tildan de “complejo sobre todo para el inversor de la calle”. La deuda subordinada “se puede caracterizar por muchos parámetros: por vencimiento, por calidad crediticia, etc, pero una de las características principales es la prioridad a la hora de responder a la deuda”. El director corporativo de inversiones de AVIVA explica que “tendríamos en primer lugar la deuda Senior, la que tiene mayor garantía y después la subordinada”. A favor de esta deuda -continúa- “es que genera rentabilidades mayores, aunque nada es gratis por lo que tiene un mayor riesgo pues, en el caso de que la entidad vaya a una quiebra está por debajo respecto a la deuda senior”. Sin embargo, “la diferencia entre la subordinada y la Apertir II, es que en la deuda subordinada si el emisor deja de pagar el cupón, el tenedor del bono puede instar a la quiebra”.

En lo que respecta a la deuda perpetua, Caturla explica que “no vence nunca, tiene un cupón que puede ser fijo o variable”. No obstante, este experto alerta de que la deuda “no vence salvo que el emisor tenga derecho a cancelarla en unas condiciones determinadas y dependiendo del contrato que se haya hecho”. Además, “hay que entender que es muy sensible a precio, es un activo que si uno busca una rentabilidad cierta puede ser razonable pero, en el caso de deshacerse de ella, puede tener serias dificultades”.

 


Una de las emisiones estrella en el mercado de renta fija son los bonos convertibles, uno de los métodos de financiación tradicionales que, como explica José Caturla, director corporativo de inversiones de AVIVA España, tienen mucha presencia en Europa debido a las dificultades de financiación”. “Se trata de un tipo de emisiones muy útil, reconoce este experto aunque técnicamente son muy complejas”, señala. Y es que dentro del mundo de los convertibles hay mucha complejidad por lo que creemos que el mercado va a ir a más pero recomendamos ir siempre de la mano de un profesional para el inversor.

¿Deuda pública o deuda privada? La respuesta a la pregunta depende de lo que busque el inversor. Caturla explica que para quien quiera entrar en deuda pública debe saber que ofrece dos ventajas: una liquidez mayor -por si queremos deshacer la posición- así como una mayor garantía”. “El Estado está detrás a pesar de todas las dificultades de financiación, todos los Estados tiene mayor capacidad de respuesta”, apunta. Por el contrario, la deuda privada es algo más arriesgada. “Si nos vamos a emisores con una calidad grande pues no suele haber problema, emisores que sean empresas grandes de primera línea con gran capacidad para repagar esta deuda”. Además, este experto considera que “si lo que se quiere es algo mas sofisticado, se puede hacer a través de fondos”.

Recomendaciones

El mercado de la renta fija es bastante complejo, más de lo que parece a primera vista. Así lo considera Caturla quien recomienda que “dependiendo de para qué o qué objetivos tiene el inversor se haga de una manera u otra”. A través de fondos, “el inversor puede obtener una mayor diversificación y llegar a productos más sofisticados”. Pero, si lo que se busca es una rentabilidad a 3 ó 4 años, que no genere más dificultad directamente se puede optar por ir a la inversión directa y se ahorran las comisiones de los fondos”.