- El libro ‘Digitalízate o desaparece’ plantea la transformación digital como un cambio de paradigma en la historia, se publicó en 2017. En estos tres años, ¿qué balance hace de la digitalización en las empresas españolas? ¿Qué retos tienen por delante?

Realmente el reto que tienen por delante las empresas españolas es que se produzca en la realidad esa transformación. Se están desarrollando muchas iniciativas, pero en muchas de ellas falta esa estrategias. Es la diferencia entre dirigir y gestionar una empresa por estrategia o hacerlo por iniciativas. En muchas empresas falta un plan consistente de transformación, que no es sólo comprar tecnología. No es solo implantar un modelo de trabajo, sino tener una estrategia y avanzar en ella. Y para ello utilizar la digitalización. Primero es tener la estrategia y luego transformarte.

- ¿Cuál diría que son las claves de la digitalización?

La transformación en las organizaciones tiene una hoja de ruta y una serie de etapas por las que se tiene que pasar. La transformación digital no es un tema de tecnología es mucho más. Es un tema de cultura de las personas.

Esas etapas se pueden resumir en siete. La primera es entender la nueva realidad y los comportamientos de los clientes. Una vez que la entiendes, debes revisar tu estrategia y ver si no se ve afectada. Una vez que conoces la estrategia debes definir tu plan de transformación, un plan que tiene que ser integral, que afecta a toda la organización de una forma sincronizada.

Lo siguiente es gestionar el cambio en las personas, cómo evoluciona la cultura. El quinto paso es evolucionar tu plataforma tecnológica, aprovechando temas como el Big Data, el cloud o la inteligencia artificial.

La sexta etapa es no olvidarte de que el futuro está asociado a la innovación. Si no innovas y aprovechas las nuevas oportunidades terminarás desapareciendo.

Por último, y en lo que están fallando el 70% de los panes, es la ejecución. No sirve de nada tener un buen plan y una presentación fantástica si no eres capaz de ejecutar y tomar algunas decisiones que se deben tomar rompiendo con situaciones que vienen de la anterior etapa.

Las siete etapas de esta hoja de ruta de la transformación digital son esenciales para hacer una transformación de existo.

- ¿Cree que ninguna empresa o sector se puede resistir a la transformación digital?

Realmente va a afectar a todos los sectores. El de la agricultura va a tener un impacto especial la digitalización. Cuando venga y se vayan desplegando todas las tecnologías y las herramientas asociadas al Internet de las cosas vamos a ver todo el campo sensorizado.

- ¿El sector bancario se está adaptando bien a esta transformación?

En general, las entidades financieras están abordando la transformación con una dinámica de digitalizar procesos y ver nuevas oportunidades de negocio. Creo que se va a producir una disrupción que todavía no ha llegado. Lo que está por ver es si la van a hacer las entidades financieras o va a haber un tercero que genere esa disrupción.

Los servicios financieros como los entendemos hoy van a cambiar. Vamos a ir viendo cada vez más modelos de ecosistemas y plataformas, donde la banca como la entendemos hoy se va a convertir en una especie de banca invisible. Muchas de las transacciones que hoy hacemos van a estar imbuidas dentro de la misma operación. Cuando estás haciendo una compra, en el mismo momento vas a poder financiarla. Esto va a ir pasando cada vez en más operaciones y transacciones.

Poco a poco se va a ir atomizando los servicios y esa cadena de valor de la banca cada vez va a tomar dimensiones distintas. Los servicios se van a ir desagregando y se van a ir haciendo en muchísimos más sitios y no solo en los bancos.

Los bancos deben entender que vamos hacia ecosistemas. Tienen que posicionarse como los orquestadores de esos ecosistemas, porque, al final, todo ecosistema tiene alguien que es el que lo gobierna, que es el que de alguna forma pone las reglas del juego. Y los bancos, si quieren gobernar ese ecosistema, tienen que dar un paso adelante y empezar a ser ellos los que configuren los nuevos modelos de negocio.

- ¿Cree que el coronavirus va a servir a las empresas para cambiar su dinámica de organización? ¿Qué lecciones creen que pueden extraer las empresas de esta pandemia?

El teletrabajo en España estaba teniendo un desarrollo muy lento. En las últimas estadísticas solo el 7,5% de los trabajadores realizaban teletrabajo y creo que este nos va a dar un avance importante. No solo en esta coyuntura, que esperemos que acabe rápidamente, sino que será una práctica que posiblemente en muchas empresas vean la oportunidad de seguir aprovechándola.

En general, no estamos preparados para el teletrabajo, ni nosotros ni las empresas. Es importante tener una serie de rutinas y organizar tu día. No es solo llegar a casa y ponerte a trabajar.

Te podría decir que lo primero que hay que hacer es quitarte el pijama, sino corres el riesgo de levantarte y ponerte a trabajar. Hay que marcar esa rutina; poner un espacio como si estuvieras en tu puesto de trabajo y a partir de ahí planificar las horas de trabajo y descanso. En la medida en que esto lo vayamos haciendo, estaremos viendo las ventajas que tiene el teletrabajo. Es una época también de unas plataformas y una infraestructura digital elevada.

Una vez que concluya la crisis del coronavirus, el porcentaje de teletrabajo, del 7,5%, seguirá subiendo y llegaros a los del resto de Europa, es decir, el doble, entre el 20% y el 25%.

- ¿Cree que hay grandes diferencias entre las grandes empresas y las pymes en este campo?

La transformación y las nuevas tecnologías lo que te permiten es acceder a nuevas oportunidades de negocio a todas las empresas y cada una tiene sus ventajas. Las mayores inversiones lógicamente la están haciendo las grandes corporaciones, porque tienen que evolucionar y tienen que cambiar su modelo de negocio, pero también las pymes hoy tienen la oportunidad de acceder a plataformas, negocios y clientes a los que antes no podían acceder. Las plataformas te dan la posibilidad de vender en el mundo cuanto antes los pequeños negocios solo podían hacerlo en su barrio o ciudad.  Las pymes tienen que aprovechar esa magnífica oportunidad que tienen decrecer, conocer mejor a sus clientes e internacionalizarse.