Mariano Llorente decidió reinventarse y poner en valor dos activos clave: su red de contactos y su experiencia organizando eventos. Así nació Club CEO, con encuentros íntimos y de confianza dirigidos exclusivamente a empresarios y CEOs. “Surge de esas dos variables, de mi agenda de contactos potente y de mi capacidad de organizar”. Desde el principio, quiso diferenciarse de otras plataformas de networking. “Odio esa palabra”, asegura, explicando que el enfoque era reunir a empresarios de primer nivel, no a directivos medios. Aunque el arranque fue difícil, destaca que “al principio era muy boca a oreja” y que el uso de la marca “Club CEO España” les abrió muchas puertas.
El primer año fue de inversión. Organizaron la primera cumbre anual —un evento de dos días con empresarios y expertos—, pero tuvieron que invitar a muchos asistentes. Con el tiempo, lograron consolidarlo. “Desde hace tres ediciones tenemos el cartel de no hay billetes”, afirma.
Desde su fundación en 2017, el Club ha mantenido una filosofía clara: autenticidad, cercanía y confianza. “No venimos a vender, aunque se hace negocio”, recalca, admitiendo que muchas oportunidades de negocio surgen de forma natural. Esta línea roja —prohibir la venta directa— es innegociable. “Es un espacio protegido para desahogarnos y compartir retos”.
Uno de los valores personales que Mariano asocia con el espíritu del club es el del baloncesto, deporte que marcó su juventud. Destaca valores como el compañerismo, el esfuerzo, la generosidad y la toma de decisiones en equipo. Por ello, uno de los invitados que más ilusión le hizo fue Jorge Garbajosa, presidente de la Federación Europea de Baloncesto: “Mezcla deporte, negocio, empresa”.
El evento más destacado es la Cumbre Anual. Aunque muchos de los ponentes son profesionales que normalmente cobran por hablar, en este caso lo hacen de forma gratuita. “El gran secreto es conseguir que acudan sabiendo que no cobran”, afirma, añadiendo que el trato, la hospitalidad y el entorno íntimo son las claves.
Además, explica el funcionamiento de los Cónclaves, grupos reducidos de empresarios que se reúnen seis veces al año siguiendo la regla de Chatham House. “Es una especie de terapia entre iguales”, señala. El grupo más antiguo se formó en 2018 y mantiene a 10 de sus 14 miembros originales. “Hay un 10% de rotación, que creo que es bastante bajo”.
La diversidad geográfica y sectorial es un criterio importante en la composición de estos grupos. Aunque la mayoría de miembros son del centro de España, también participan empresarios de Galicia, Barcelona o Córdoba, por ejemplo. En cuanto al perfil empresarial, predominan las pymes y empresas familiares, con líderes que pueden permitirse desconectar del día a día para reflexionar sobre estrategia.
Respecto al futuro, Mariano planea un crecimiento controlado. Actualmente hay siete grupos de Conclave y espera duplicar o triplicar esa cifra, pero sin perder el carácter exclusivo e íntimo. “Prefiero que la gente tenga prisa por apuntarse y que si no se da prisa se quede sin plaza”, asegura.
Concluye que su mayor error ha sido confiar demasiado en algunas personas, pero reconoce que esa misma confianza ha sido también una virtud. “La gente buena, trae a gente buena”, dice. Para Mariano, Club CEO es una “hermandad empresarial” en la que “no hay máscaras ni postureo”, y donde se celebra cada logro como algo colectivo.

