¿Quién es Altia y cómo describiría su modelo de negocio actual?
Altia es una compañía de tecnología centrada en el ámbito de la consultoría generalista. ¿Qué significa esto? Que ofrece un enfoque integral, de principio a fin, en los proyectos tecnológicos. Esto abarca desde las fases iniciales de consultoría hasta el diseño, desarrollo y posterior mantenimiento de las aplicaciones. Este enfoque "end to end" permite a la empresa cubrir proyectos que requieren múltiples tecnologías, brindando un servicio completo a sus clientes.
Fue fundada en 1994 y uno de los hechos más relevantes en su trayectoria fue su incorporación al Mercado Alternativo Bursátil (ahora BME Growth) en el año 2010. Desde sus inicios, Altia ha tenido un enfoque de crecimiento.
Para entender mejor qué es Altia, es útil situar a la empresa sobre quiénes son nuestros competidores. Entre ellos se encuentran grandes firmas como NTT Data o Indra. Aunque somos una compañía de menor tamaño en comparación, poseemos una característica diferencial clave: somos una empresa independiente que no está vinculada a ningún fondo de inversión. Eso le da mayor libertad para desarrollar su estrategia con visión de largo plazo.
Altia es una empresa cotizada con tres grupos accionariales de referencia: Tino Fernández, fundador de la compañía, quien posee el 81% del capital; Ram Bhavnani, un actor relevante en los mercados financieros, que mantiene una participación cercana al 7% y Josefa Ortega, miembro de la familia Ortega, con una participación de aproximadamente un 6%.
Estos tres grupos suman el 94% del accionariado, lo que implica que el free float (capital en circulación) es del 6%, una característica destacable dentro del BME Growth.
Es importante resaltar que el equipo gestor de Altia lleva muchos años trabajando juntos, lo cual representa un valor añadido a la hora de implementar las políticas y estrategias de la compañía.
Desde que la compañía empezó a cotizar en el BME Growth en 2010, ¿cómo ha evolucionado y qué cambios ha experimentado en su estrategia?
La evolución ha sido total y en todos los sentidos. Actualmente, Altia es la empresa decana del BME Growth, es decir, la compañía con mayor antigüedad entre las que permanecen cotizando en este mercado. Y la transformación que hemos vivido en estos años solo puede describirse como "brutal".
Desde un punto de vista cualitativo, hemos pasado de ser una empresa con un enfoque local a convertirnos en una compañía global, con presencia internacional, empleados de 41 nacionalidades y un portafolio de servicios mucho más completo que el que teníamos en nuestros inicios.
Desde el punto de vista cuantitativo, el crecimiento también ha sido notable. Por recordar cifras, en el año 2009 cerramos con una facturación aproximada de 16 millones de euros y una plantilla de unos 200 empleados. En cambio, a cierre de 2024 contábamos ya con 3.800 profesionales, y hoy incluso esa cifra ha sido superada.
La entrada en el BME Growth ha sido uno de los hitos más importantes en nuestra historia. Nos ha permitido profesionalizarnos internamente y reforzar nuestra transparencia, algo que consideramos fundamental para cualquier empresa con ambición de crecer a largo plazo. De hecho, lo recomendamos a cualquier compañía que quiera crecer a largo plazo. En nuestra historia es algo que nos ha aportado mucho valor.
Estamos muy contentos de estar en el BME Growth y con una visión de continuar a largo plazo.
¿Cuáles son las principales áreas de actividad y qué potencial de crecimiento tiene cada una de ellas?
El área de tecnología tiene prácticamente todo el potencial de crecimiento. El sector tecnológico siempre ha tenido vientos de cola y precisamente a día de hoy se acentúa mucho más.
Hay áreas específicas que destacan por su proyección y nivel de demanda, como la analítica de datos, la ciberseguridad, la inteligencia artificial o el desarrollo low-code. En todas ellas Altia ha venido posicionándose en los últimos años, ya sea mediante la incorporación de conocimiento interno, o a través de adquisiciones estratégicas de otras compañías. Estas líneas son, sin duda, las que presentan un mayor recorrido en el corto y medio plazo.
No obstante, en general, todas las actividades que desarrollamos actualmente tienen potencial y están en crecimiento. Como consultora tecnológica generalista, abordamos un abanico muy amplio de servicios.
Dentro de nuestras líneas de negocio, probablemente la que tiene mayor volumen y peso es la de outsourcing y mantenimiento de aplicaciones. Se trata de una actividad con un comportamiento con una alta recurrencia. Aún así, el resto de líneas también han mostrado un crecimiento muy positivo en los últimos años.
El Plan de Negocio para 2025-2026 contempla crecer un 57% en beneficio neto y un 29% en ingresos. ¿Qué estrategias se van a llevar a cabo? ¿Cuáles van a ser las palancas de crecimiento para alcanzar esos objetivos?
Es un plan de negocio ambicioso, pero también realista. Una de las cuestiones que ha definido a Altia a lo largo de los años ha sido la fiabilidad de sus proyecciones. En los dos últimos años y planes hemos logrado no solo cumplir, sino incluso superar los objetivos marcados, y abordamos este nuevo plan con la misma filosofía: ser conservadores, pero con una visión de continuidad en el crecimiento.
En primer lugar, una de las principales estrategias será la integración de los negocios incorporados en los últimos meses. Esto incluye tanto la operación en Cataluña como la adquisición de Verne, tanto en el área de data analytics como en la parte de formación.
Además, llevaremos a cabo una reorganización del negocio a nivel nacional. El objetivo es consolidar nuestras operaciones en cuatro grandes polos geográficos:Madrid, Cataluña, Galicia y la zona norte.
Desde el punto de vista de internacionalización, uno de los grandes retos de 2025 será consolidar los contratos que materializamos en 2024, especialmente en agencias y en organismos europeos. Paralelamente, también ordenaremos o reestructuraremos aquellos mercados donde el desempeño no ha sido el esperado. La clave es potenciar los puntos buenos y los puntos menos buenos, pues reordenarlos y reorganizarlos. Creo que también tenemos un reto desde el punto de vista de la internacionalización.
Desde el punto de vista orgánico, la intención es crecer en todas las unidades de negocio. Si bien es posible que no se logre un crecimiento uniforme en todas ellas, el objetivo general es mantener una tasa media de crecimiento a doble dígito, como lo hemos hecho en años anteriores.
Por último, hay un elemento cualitativo esencial en nuestra estrategia: desarrollar el talento y que todo el negocio y su crecimiento sea sostenible en el tiempo, con resultados eficientes y manteniendo un modelo de negocio sano, capaz de seguir generando caja como hasta ahora.
Por mercados y según el plan está previsto crecer en ingresos en España y en Europa (excluyendo Portugal). ¿En qué mercados ve la compañía más potencial del crecimiento?
España sigue siendo nuestro principal mercado, y aunque hemos crecido mucho en estos últimos años, creemos que tenemos mucho recorrido por delante.
Hemos fortalecido nuestra presencia en Madrid, donde hace unos años no teníamos apenas posición, y también en Cataluña, donde no estábamos hasta hace relativamente poco. Estos avances muestran que, incluso en nuestro mercado de origen, seguimos teniendo un gran margen de crecimiento.
En el ámbito internacional vemos todavía más oportunidades. En los últimos años hemos abierto filiales en varios países, siempre vinculadas a oportunidades concretas de desarrollo de negocio. Actualmente estamos presentes en unas diez localizaciones internacionales. Solo en los últimos dos años, abrimos en países como Países Bajos, Emiratos Árabes Unidos, Francia y Andorra.
Nuestra primera estrategia es consolidar los mercados en los que ya estamos presentes. Esa es la vía más fácil para crecer. Sin embargo, no renunciamos a incorporarnos a nuevos mercados, siempre que identifiquemos un potencial.
Un ejemplo de ello es Estados Unidos, donde entramos en 2020 tras la adquisición de Noesis. Allí nuestra presencia aún es muy reducida, pero estamos en un sector inmenso, con grandes posibilidades de expansión.
Otros mercados con potencial son Chile, donde operamos desde 2016, y Brasil. En general, consideramos que hay capacidad de crecer prácticamente en todos los mercados en los que estamos, incluido España. Si nos comparamos con nuestros principales competidores (Indra o NTT Data), todavía estamos lejos de sus cifras en facturación dentro del mercado español, lo que nos refuerza nuestra idea de seguir creciendo y de que tenemos margen para hacerlo.
En este plan se contempla un crecimiento orgánico. ¿Se espera en un futuro próximo a seguir creciendo a través de M&A?
En este momento, estamos focalizados en integrar los negocios que hemos incorporado recientemente, como mencionaba antes: tanto el negocio de In2 como el que adquirimos a través de Verne. Históricamente, siempre hemos sido muy prudentes y conservadores en nuestras proyecciones y en la elaboración de nuestros planes de negocio. De hecho, si echamos la vista atrás a nuestros planes anteriores, podemos detectar que nunca contemplamos crecimiento inorgánico.
Sin embargo, eso no significa que no se hayan producido operaciones de este tipo durante los años de ejecución de esos planes. Con esto quiero decir que, aunque en este momento el foco esté en la integración de estas adquisiciones, es muy probable que, de aquí a 2026, estudiemos, analicemos e incluso lleguemos a materializar alguna operación adicional que aporte valor al plan de negocio que hemos presentado.
Somos una compañía en crecimiento dentro del sector tecnológico, un ámbito que está atravesando un proceso de consolidación. Hay muchas oportunidades en el mercado, y creemos que podemos ser un player relevante a la hora de participar en posibles operaciones de M&A. Por tanto, es posible que, aunque no lo tengamos explícitamente recogido en el plan actual, podamos llevar a cabo alguna operación si surge la oportunidad adecuada.
La base de nuestro negocio en los últimos años ha consistido en mantener un crecimiento orgánico ambicioso, con tasas de doble dígito y complementarlo, cuando tiene sentido, con un crecimiento inorgánico que aporte valor añadido.
Ese valor puede venir de distintas formas: incorporar nuevas capacidades tecnológicas, como fue el caso de la adquisición de Noesis en 2020, ganar presencia en mercados donde aún somos pequeños, como ocurrió con la compra de In2, o acceder a nuevos sectores o clientes clave.
Con esto quiero decir que no tenemos un target definido de posibles operaciones inorgánicas, pero evidentemente tenemos puesto el ojo para, si surge alguna oportunidad, analizarla y si al final encaja dentro de lo que sería nuestro negocio, plantearnos llevarla a cabo.
¿Qué acciones concretas ha llevado a cabo Altia para cumplir con los estándares regulatorios europeos en materia de sostenibilidad?
Creo que esta es una de las áreas en las que podemos sentirnos más orgullosos por la evolución que hemos tenido en los últimos años. Somos conscientes de la importancia y del impacto que genera nuestra actividad en el entorno, y desde ese punto de vista, nos hemos tomado muy en serio nuestro compromiso con la sostenibilidad, especialmente en los últimos años.
Hemos alineado nuestra estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Evidentemente, se trata de 17 objetivos muy diversos, y aunque nuestra actividad no incide en todos ellos, sí estamos trabajando en aquellos en los que realmente tenemos impacto. Como compañía tecnológica, debemos ser socialmente responsables.
Otro paso que hemos dado ha sido la adhesión al Pacto Mundial de las Naciones Unidas y estamos llevando a cabo muchas iniciativas para fomentar una cultura de sostenibilidad transversal en toda la organización. La idea es que las decisiones operativas, en cualquier área de la compañía, se tomen desde un punto de vista ético, responsable y sostenible.
También hemos reforzado nuestro sistema de gobernanza dentro de la compañía. Hemos revisado muchos de nuestros procedimientos internos con el objetivo de fortalecer la transparencia y la ética corporativa.
Nuestra actividad genera un impacto que alcanza a todos nuestros grupos de interés: clientes, empleados, accionistas, proveedores y también a la sociedad en su conjunto. Por ello, le damos máxima prioridad a este aspecto en nuestra estrategia y es fundamental estar alineado con los estándares de sostenibilidad tanto en el presente como a futuro.
En 2024 repartieron un dividendo de 0,06 euros y la previsión para este año es aumentar esa remuneración hasta los 0,075 euros por acción. Para los años posteriores, ¿se podría incrementar ese payout si se mantiene la caja neta positiva?
Esa es un poco la filosofía. Realmente no tenemos una obligación formal de repartir dividendos, pero entendimos desde el primer minuto en que nos incorporamos al BME Growth que teníamos que responder de alguna manera a nuestros accionistas, y la forma más directa es a través del reparto de dividendos.
Desde 2010 hemos distribuido un dividendo cada año, a veces algo más elevado y otras algo menor.
Tradicionalmente hemos mantenido un payout en torno al 20–30â¯% del beneficio, y gracias al crecimiento de los últimos ejercicios, el dividendo ha ido en aumento.
En 2024 repartimos 0,06â¯euros por acción y para este año proponemos elevarlo a 0,075â¯euros, lo que supone un incremento del 25%. Con esto quiero decir que, siempre y cuando no condicione nuestros planes de crecimiento, la idea es mantener esta política de remuneración.
¿Qué planes tiene la compañía en el medio plazo? ¿Está previsto un posible salto al Mercado Continuo?
Creo que esa es la pregunta de siempre. En estos momentos Altia ha crecido de tal forma que su capitalización bursátil supera ya los 400â¯millones de euros, lo que nos convierte en un buen target para dar el salto al Mercado Continuo. Sin embargo, nuestro principal “déficit” sigue siendo el reducido free float, que está en torno al 6%, lo que condiciona nuestra liquidez.
Para poder dar el salto al Mercado Continuo, primero deberemos mejorar significativamente nuestra liquidez. Eso pasaría por la incorporación de nuevos accionistas que eleven el free float o por posibles ampliaciones de capital que puedan darse a futuro.
Es decir, hacer una ampliación de capital por hacerla no tiene ningún sentido y pensamos que sí puede tener sentido en el contexto de una operación corporativa que aporte valor a la compañía. Ahora mismo no hay planteada una operación con ese fin, pero mantenemos la mirada puesta en el mercado para dar el paso cuando llegue el momento adecuado.

