Lo cierto es que el mercado doméstico aún tiene mucho camino por recorrer en este territorio. Según los datos expuestos por Susanne Linhardt, CFA, especialista y responsable de Producto Sostenible en RobecoSAM, en España solo un 4% de los clientes minoristas participan en fondos de sostenibilidad, frente al 22% de Europa en 2015.

Una tendencia que podría cambiar con el desembarco de los Milennials, que consideran que es muy importante que sus inversiones tengan impacto positivo en la sociedad, al mismo tiempo que ganan dinero. “Quieren cambiar el mundo mientras generan retorno”, afirma la experta.

Sin embargo, parece que la industria está más concienciada. Según los datos de Spainsif, “en España, en el año 2002, el mercado ISR contaba con 80 millones de euros bajo gestión, creciendo progresivamente tanto en volúmenes como en calidad, hasta alcanzar la cifra de los 169.359 millones de euros al cierre del ejercicio 2015”.

ISR

Quizá uno de los obstáculos que tiene este tipos de fondos es que algunos la sensación de muchos inversores que consideran que para adoptar este tipo de inversión tienen que sacrificar rentabilidad. Para Linhardt esto está muy lejos de la realidad.

Los modelos de Robeco SAM que comparan el tercio de los activos más sostenibles con el tercio menos sostenible de una cartera, se puede observar cómo los primeros lo hacen un 7% mejor en un periodo de 10 años.

Sin embargo, para la gestora los inversores no solo deberían observar la inversión en sostenibilidad como una forma de generar mayores retornos, sino como un factor de diversificación muy efectivo en las carteras. “Incluir factores ambientales, sociales y de buen gobierno a la inversión tradicional es una buena fórmula para evitar riesgos”, asegura Linhardt.