Subprime, Credit Default Swap, Lehman Brothers, Crash, refundar el capitalismo, flexibilización cuantitativa, agencias de rating, prima de riesgo, Bankia, Tapering, QE Europeo,… ¿y ahora, qué?

Tal vez ahora comprenda aquella frase célebre de Mark Twain, que afirmaba aquello de que el peor mes para invertir en bolsa es septiembre, pero también octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto y septiembre.
El mercado siempre ha exigido el máximo y cada suceso parece más determinante que el anterior. Éste, como decía, continuamente trata de exigir el máximo de nuestro intelecto, con el propósito de buscar excusas que frenen nuestro ímpetu comprador. El marketing de nuestra industria trata de convencernos acerca de que la inversión a largo plazo de “comprar y mantener” es más responsable, con el propósito de hacer crecer la inversión en fondos de gestión activa y pasiva. Dejar en manos de profesionales la gran mayoría de ahorros, permite a unos pocos de dichos profesionales dominar el mercado a su antojo, lo que crea las corrientes de flujos monetarios en los diferentes mercados de activos. ¿Acaso alguien cree que un fondo de inversión liquidará sus posiciones en el momento que pinten bastos? Por supuesto, ¡no! Warren Buffett ha sido el único gestor de un fondo de inversión capaz de liquidar y devolver el dinero a sus partícipes, bajo el pretexto de no ver ningún tipo de inversión razonable, gesto que le honra. La liquidez es algo habitual en el mercado, pero la necesidad de los fondos de inversión de invertir el dinero captado por sus partícipes, incrementa los precios de los activos a niveles exorbitantes. Esta semana hemos observado como Adobe subía un +8% tras presentar resultados y claro, con un PER aproximado de 160 veces, no hay argumento alguno que justifique tal ascenso. ¿Revisión al alza de beneficios? Me quedo literalmente atónita y asombrada de tal caudal de inteligencia… Permítanme ser irónica, puesto que la actitud cortoplacista del mercado y la necesidad de justificar lo injustificable, ha provocado tal cantidad de pérdidas entre el inversor minorista que no se pueden ni razonar, ni explicar.

En Blackbird siempre hemos tratado de explicar la cosas con cordura y con sentido común, por este motivo nuestra cartera “Blackbird USA Long Term” está 100% en liquidez, puesto que no vemos creación de valor alguno actualmente y simplemente vemos una oportunidad de limitar las ganancias. No nos faltan ideas, simplemente las generamos cuando es oportuno, por este motivo estamos 100% invertidos en nuestra cartera “Blackbird Enhanced Structured Leverage Spain”, con una rentabilidad auditada desde julio de 2.013 del +55%. Lo hemos logrado por la convicción de creer en aquello que hacemos, que parte de la base de comprar fortaleza en mercado alcista y vender debilidad en mercado bajista, entre otras variables. Podemos solapar una cartera de inversión con ideas de Trading apalancadas, pero no podemos mezclar patrimonio con cuenta de resultados o lo que común y equivocadamente se distingue como “inversión o Trading”. Nosotros entendemos nuestra cartera de inversión, como la posibilidad de rentabilizar nuestro capital, mediante la asignación coherente de activos y a través de un Stock Picking minuciosamente elaborado, que responde a la comprensión total del mercado y a la coherencia de plantear una exposición que a veces, es contraria a nuestra manera de sentir, ya que considero que el mercado tienen una ley que suele ir en contra de nuestras emociones. Pero realmente, ¿Cómo funciona este mercado? El funcionamiento del mercado es muy simple, responde al incremento del BPA de las compañías cotizadas y se mueve emocionalmente entre el miedo y la euforia. Los movimientos máximos hay que buscarlos en la tendencia primaria, la que responde a movimientos cíclicos, que se corresponden a los ciclos económicos. Este suceso es muy significativo, puesto que responde a tres factores; el BPA (Value Investing), el ciclo económico (análisis Macroeconómico) y la euforia y el pánico (análisis técnico). Las tres hipótesis son determinantes y es difícil llegar a una solución que sustente a la otra. La expansión crediticia sustenta el ciclo económico y un ciclo económico en auge permite un mejor mercado laboral, una mejor confianza en los inversores y en los consumidores y un mejor beneficio por acción. Las mejoras en la liquidez permiten a los agentes económicos; (familias, estado y empresas) disponer de su dinero en los mercados financieros, que alimentan las tendencias comprando activos. Este baile monetario afecta a los analistas, que buscan compañías con expectativas favorables en el incremento del BPA y de esta manera, compran formando tendencias que son identificables mediante el análisis técnico. El ciclo se expande y la complacencia se apodera del mercado. Los pequeños ahorradores tratan de sumarse a un festín, que habitualmente está en su fase final, para invertir ingentes cantidades de dinero en el mercado, justo en el momento de máxima complacencia o euforia. En ese momento, los gestores de fondos y planes de pensiones se ven obligados a comprar activos de riesgo, y tratan de buscar en su rentabilidad los argumentos que justifiquen una inversión.

Retomemos ahora al caso de Adobe. El mercado premia una mejora en las expectativas y una mejor tasa en el crecimiento del beneficio por acción y los gestores compran impulsados por el dinero de los ahorradores. Probablemente los propios gestores duden de la inversión, como bien pude comprobar como insider, al fin y al cabo entienden el PER como un concepto decisivo, pero más decisivo es que si un inversor dice comprar, ¡deben hacerlo! Ahí entra en juego el desconocimiento del mercado, que lleva a los precios a una tendencia dominada por el “no puede ser”, que acaba con las buenas ideas bajistas y que alimenta una ola de codicia, que puede llevar a dichos precios hasta un punto de no retorno, un punto en el que el mercado dice basta y el miedo se adueña del mismo. Los ahorradores codiciosos y desinformados más audaces sueltan sus inversiones salvando los muebles y dejando que los lobos devoren sus ansias de riqueza, provocando la caza del cabeza de turco de turno, tras una gran pérdida. ¿Injusto? ¡Tal vez! pero es simple falta de información y de conocimiento de la estructura de mercado. Así pues, bajo nuestro pretexto, comprendemos las fases que componen el mercado y tratamos de evitar ir en contra de la tendencia, ya sea primaria, secundaria o terciaria. Eso implica que a veces podemos tratar de buscar techo de mercado, técnicamente en parte superior de fase impulsiva, pero también admitimos compra en Swing Trading en corrección secundaria de primaria alcista, por más desarrollada que esté. Y esto me fascina absolutamente, me impone respeto y a la vez me motiva. Esto no es ningún juego como muchos le llaman, esto no es nada fácil, aquí se pierde y muchas veces, y que nadie crea aquello de que con poco sacrificio y esfuerzo se puede vivir del mercado. ¡Para nada! Supongo que todos los que lo han vivido, estarán de acuerdo conmigo si digo que el mercado es tan duro y difícil, que se convierte en un desafío para el que lo busca y un modus de vida para el que lo logra.

suelo techo alcista bajista


Tras la resolución positiva del QE europeo, el IBEX 35 se plantea decisivamente romper los 11.170 puntos, y yo creo que eso ya es historia y que ahora, los 12.200 puntos, deberían ser una condición necesaria, sin menoscabo de que veamos como siempre, ajustes en el precio. Si durante mucho tiempo admitimos que preferíamos bolsa americana a bolsa española, en los últimos ya dos años, hemos preferido bolsa española, pero gran compañía. El mercado ya ha dado carpetazo a la crisis y ahora podríamos entrar en fase de complacencia, es decir, dinero en abundancia hacia los gestores de fondos y un Stock Picking menos exigente, por lo tanto, ha llegado la hora de analizar las pequeñas y medianas compañías del contínuo español.


acumulacion alcista distribucion bajista



Por ahora nos quedamos con una foto moderada del Ibex Small y Medium Cap. Las conclusiones son las siguientes; en el IBEX Small Cap el 28% de las compañías todavía son bajistas, el 14% en fase de acumulación, el 38% en fase alcista y el 21% en fase de distribución. En el IBEX Medium Cap, el 35% de las compañías son alcistas, el 18% bajistas y el 47% descansan técnicamente en zona de distribución, preparadas para sumarse al carro alcista. Las compañías que incorporamos en el Stock Picking de Blackbird son las siguientes; en las Medium Cap de momento, Abengoa, Jazztel, Liberbank, Tubacex, Tubos Reunidos y Zeltia. Dentro de las Small Cap escogemos; CIE Automotive, Dinamia, Lingotes Especiales, Realia, Vocento, Barón de Ley y Azkoyen.

Como el conjunto sectorial en su amplitud de mercado no confirma de manera contundente la formación de nuevo máximo, seguimos cautos y estamos planteando una cartera invertida al 50%, respetando pesos idénticos entre todos los valores citados. Si hemos destacado por una cartera Blue Chip concentrada en 10 compañías, la diversificación del riesgo nos hace buscar en cartera amplia la asignación de activos, de esta manera, tratamos de buscar una idea muy value, similar a la concentración de Warren Buffett en su concentración de grandes compañías y desarrollada actualmente por Bruce Berkowitz o la diversificación en pequeñas compañías tan propia de Peter Lynch.

Los posibles catalizadores bajistas del mercado se han atenuado y si bien es cierto que seguimos creyendo que una reacción importante podría sucederse en USA, creemos que el ajuste severo sucederá en algunos sectores específicos y tecnológicos o de consumo, pero no dejará de ser un ajuste mayor, ¡pero ajuste al fin y al cabo!, que permita a Europa desarrollar un mercado, que considero está en las mejores condiciones de los últimos años. De momento, superar los 11.170 puntos del IBEX 35 mantendría la idea de base de que el selectivo vuelve a los 12.200.

Parafraseando al economista John Stuart Mill, nuestras convicciones más arriesgadas, más indubitables, son las más sospechosas; constituyen nuestro límite, y en el mercado el único límite parte de las convicciones más arriesgas, indubitables y sospechosas. Es decir, ¡que el precio, cuando se trata de codicia no entiende de límites!