Confemetal advierte en su último boletín de coyuntura que "la clave del éxito de la economía española en los próximos años" va a depender en gran medida de cómo evolucione el sector de la industria y de generar las condiciones adecuadas para desarrollar su potencial de crecimiento y de generación de empleo.

El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha sometido a consulta previa la futura Ley de Industria, que se enmarca en el componente 12 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Dicha Ley se propone seguir la nueva estrategia industrial europea, recoger las recomendaciones del Consejo Europeo y dar respuesta a las necesidades del sector industrial español.

Para Confemetal, la "indispensable" modernización de la industria en España pasa por que esta Ley fije un marco normativo y fiscal que estimule la competitividad, recupere y fortalezca el tejido productivo, y refuerce su capacidad de creación de empleo de calidad. Y todo ello en torno a ejes como la eficiencia energética, la innovación, la sostenibilidad, la formación y la transición justa hacia una economía circular.

"Mantener una base industrial competitiva y fuerte, en un marco regulatorio favorable, predecible y estable que permita a las empresas industriales, muy especialmente a las pequeñas y medianas, invertir, innovar y competir, es el reto al que se enfrenta esta Ley. Y asumir ese reto exige a los poderes públicos, más allá de partidismos y prejuicios, atención y cuidado a las necesidades reales de la industria", sostiene Confemetal.

La patronal del metal argumenta que "la industria ha sufrido, a menudo, diagnósticos acertados de sus males, seguidos de tratamientos inútiles o incluso contraproducentes", y advierte de que la competencia internacional "no permite muchos más errores de ese tipo".

Así, para Confemetal, "los legisladores no tienen otra opción que no sea fomentar y apoyar el dinamismo de la industria y aplicar políticas que realmente lo favorezcan".

En este sentido, esta patronal defiende que, para ser competitiva, la industria ha de tener una elevada productividad, lo que exige, a su juicio, "un favorable tratamiento fiscal, una normativa incentivadora, excelentes infraestructuras, sofisticados bienes de equipo, inversión en innovación y un personal muy bien formado".

"Pero, sobre todo, la industria necesita la voluntad y el esfuerzo del conjunto de la sociedad y de las administraciones, un compromiso global que es tanto como decir un compromiso con el progreso económico y el bienestar social", alega.