La menopausia, un proceso natural en la vida de toda mujer, sigue siendo un tema de gran importancia médica y social. La Dra. Vega Cabezuelo, especialista de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, ofrece una nueva perspectiva sobre este cambio biológico, subrayando la necesidad de una mayor atención médica y terapéutica para las mujeres que experimentan este periodo. Durante esta etapa, la disminución de estrógenos provoca un conjunto de síntomas que afectan de manera significativa la calidad de vida de muchas mujeres, pero a pesar de su prevalencia, solo un pequeño porcentaje busca tratamiento. La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), estima que 6 de cada 10 mujeres no consultan con el médico y que la mayoría de ellas no reciben ningún tratamiento para combatirlos.
Una etapa que va más allá de los sofocos y los cambios de humor
Según la Dra. Vega Cabezuelo, la menopausia no se limita a los sofocos y sudoraciones nocturnas que comúnmente se asocian con esta etapa. Los síntomas vasomotores son solo una parte del complejo espectro que incluye insomnio, sequedad vaginal, disminución del deseo sexual, alteraciones emocionales (ansiedad, cambios de humor, depresión), trastornos cognitivos (pérdida de memoria, dificultad para concentrarse), dolores articulares, fatiga, piel seca y caída del cabello. Además, se producen cambios en la calidad ósea y el metabolismo que incrementan el riesgo de fracturas osteoporóticas y afecciones cardiovasculares.
“Muchas mujeres experimentan estos síntomas entre 3 y 5 años antes de la última menstruación, durante el periodo conocido como transición menopáusica, y la intensidad de los mismos puede variar enormemente de una mujer a otra”, explica la ginecóloga.
Bajo tratamiento: mitos y realidades de la terapia hormonal
Un factor determinante que contribuye a la baja tasa de tratamiento es la desinformación y el temor generado a principios de los años 2000 con los estudios WHI (Women’s Health Initiative) y MWS (Million Women Study). Estos estudios vinculaban el uso de terapia hormonal menopáusica (THM) con un mayor riesgo de cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares, lo que generó una fuerte resistencia a su uso.
Sin embargo, investigaciones posteriores han reanalizado estos datos, mostrando que la terapia hormonal, cuando se utiliza de forma adecuada en mujeres sanas menores de 60 años y en los primeros 10 años después de la menopausia, es una opción segura y efectiva. “El uso de THM no solo alivia los síntomas menopáusicos, sino que también reduce complicaciones asociadas como las fracturas óseas, el deterioro cognitivo y las enfermedades cardiovasculares, mejorando la calidad de vida de quien la emplea”, afirma la especialista.
No obstante, la Dra. Vega Cabezuelo recalca que existen contraindicaciones absolutas y relativas para el uso de THM, como la trombosis venosa, enfermedad cardiovascular, migrañas con aura, tabaquismo, obesidad, hepatitis o cáncer de mama. “Por ello, cada caso debe ser evaluado individualmente para determinar el tratamiento más adecuado”, precisa la doctora.
Además de la terapia hormonal, la Dra. Vega Cabezuelo destaca la importancia de adoptar un estilo de vida saludable. “Una dieta equilibrada, baja en grasas y rica en calcio, respetar los ritmos de sueño y la práctica regular de ejercicio físico son pilares fundamentales para la prevención y mejora de los síntomas del climaterio”.
El ejercicio físico merece una mención especial. “En mujeres que no han practicado deporte previamente, la combinación de High Intensity Interval Training (HIIT) y Pilates es una buena opción porque ayuda a trabajar la masa muscular, la fuerza, el equilibrio y a reducir grasa”, añade la doctora del Ruber Internacional.
Para aquellas mujeres con síntomas leves o que no pueden usar THM, los tratamientos con productos naturales han demostrado ser eficaces. “Algunos ejemplos de los numerosos fitoterápicos son: las isoflavonas y la menocífuga racemosa en el manejo de los sofocos; la maca y el ginseng en el deseo sexual; mientras que la pasiflora, valeriana o melisa, son recomendadas para el insomnio”, detalla la doctora.
Nuevas terapias para mejorar la calidad de vida
El campo de la ginecología y la medicina regenerativa también ofrece soluciones innovadoras como el uso del láser vaginal y las inyecciones de ácido hialurónico o factores de crecimiento a nivel vulvovaginal. Según la doctora, estas técnicas ayudan a combatir la atrofia vaginal, un problema frecuente en las mujeres postmenopáusicas que repercute en su salud sexual y aumenta el riesgo de infecciones de orina.