Para Richard Turnhill “la deuda emergente  disfrutado de un año de rentabilidades robustas. Nosotros consideramos que todavía merece la pena considerarlo para formar parte de las carteras como una forma de generar ingresos en el mundo posterior al brexit”.

En la firma han preparado un gráfico en el que explican que las rentabilidades de la deuda emergente se han mantenido elevada, mientras que las de los países desarrollados han entrado en terreno negativo. En opinión de este experto “la deuda emergente lleva tiempo ofreciendo interés atractivo, aunque sus fundamentales lo hacían una opción arriesgada. Ahora creemos que este activo se va a beneficiar de la tendencia de los inversores de buscar rentabilidad ahora que los obstáculos que sufrían los países emergentes se han esfumado”.

De acuerdo con una reciente nota enviada a sus clientes explican que todos los puntos negativos que pesaban sobre los emergentes se han convertido en factores positivos.

Por un lado, la fortaleza del dólar derivada de las divergencias de los bancos centrales, la caída de las materias primas y las preocupaciones sobre la salud de la economía China y la posible devaluación de su moneda.

De hecho, las perspectivas de subidas de tipos de interés se han esfumado tras la votación del Reino Unido. Por otro lado, los precios del petróleo se han estabilizado alrededor de los 50 dólares por barril y la economía y el crecimiento de China se han mantenido.

En opinión de Turnhill “no esperamos que el brexit eche abajo los brotes verdes de la economía en algunos países emergentes después de un par de años de contracción económica. Los riesgos en nuestras previsiones como el aumento de la inflación en Estados Unidos llevarían al alza los retornos”.

En la firma apuestan por la deuda emergente en moneda fuerte como una opción más segura que en moneda local. “En divisa local podría haber mayores rendimientos para aquellos que estén dispuestos a aceptar el riesgo de divisa”, dice el experto. 

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