El gas natural licuado (GNL) es una de las fortalezas del sector gasista español. Según el Informe Anual de Sedigas 2014, que analiza esta energía en el contexto internacional, España fue el país con un mayor volumen de GNL reexportado a nivel global, con un total de 3,84 Mt, que representa el 60% sobre el total. Una cifra que se encuentra por encima del 18% correspondiente a Bélgica, el segundo país.

Esta situación es posible por ser España el país europeo con mayor capacidad de regasificación. De las 22 plantas instaladas en el continente europeo —otras 7 se encuentran en construcción—, 6 están operativas en el territorio español, con un volumen que representa el 36,5% de la capacidad de almacenamiento de GNL en Europa.

En este contexto, el GNL es una de las principales herramientas de la Comisión Europea para mejorar la seguridad energética en Europa —por la necesidad de diversificar fuentes— y conseguir la consolidación de un Mercado Único de la Energía.

Posición creciente del GNL

Según recoge el informe, para 2035 se espera una mayor diversificación de fuentes en Europa, de manera que dos tercios del gas llegarán vía gasoducto y el tercio restante a través de buque metanero, en forma de GNL.

Esta situación mejora la realidad actual donde el 86% de gas en Europa está vinculado al gasoducto y sólo el 14% llega en forma de GNL. Por el contrario, España supera las expectativas al recibir el 47% del gas a través de sus regasificadoras.

La realidad del GNL permite que España, actualmente, esté recibiendo gas de 11 orígenes distintos, mientras que en Europa se pueden enumerar hasta 6 países que dependen de un único proveedor, Rusia.

Rusia es el principal suministrador de gas de Europa con una cuota del 27% del total consumido. Con excepción de España, Portugal, Reino Unido y Dinamarca, todos los miembros de la Unión Europea cuentan, en mayor o menor proporción, con gas ruso en su mix energético. Y casi el 50% de gas ruso que se consume en Europa llega a través de Ucrania.

Comercialización global

El informe recoge que en 20 años el GNL será el sistema más importante para comercializar gas a nivel global, gracias a un incremento anual de las exportaciones del 4,3%. La ola exportadora de EE.UU. —que se puede situar como principal productor mundial del gas en 2020— reforzará esta situación.

Por otro lado, se espera la aparición de nuevos países importadores, sobre todo en zonas del sudeste de Asia y la India. Sin ir más lejos, en 2014 Asia acaparó el 75% de la demanda global de gas.

Estas previsiones de futuro parten de una situación moderada en cuanto al comercio mundial de GNL, que en 2014 ha supuesto un incremento del 1%.

La presencia del GNL en las principales agendas energéticas mundiales es posible al ser el gas la fuente energética tradicional más limpia. Un uso más intensivo del gas contribuirá a la reducción de emisiones de CO2 y a los objetivos de descarbonización —que en el caso europeo se recogen en el nuevo paquete Clima y Energía 2030—, además de suponer un aumento de la eficiencia energética.

Puedes acceder al Informe Anual de Sedigas 2014 a través de la web de Sedigas (sedigas.es).