“Los pacientes diabéticos pueden desarrollar una pérdida de sensibilidad en la planta del pie que, añadida a otras alteraciones, favorece la aparición de úlceras que pueden infectarse y poner en riesgo el pie. En algunos casos se asocia una falta de riego que puede agravar el cuadro”, advierte desde la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional (Madrid) su director, el doctor Pablo Gallo.
De hecho, destaca que la diabetes, en la actualidad, “es un problema de salud pública ya a nivel mundial”, e incide por ello en la importancia de tratar de forma precoz y oportuna esta patología de cara a evitar la amputación del pie de los pacientes, ya que, según lamenta, aproximadamente cada 30 segundos se pierde una extremidad parcial o completa por culpa de la diabetes.
Detalla este especialista de Quirónsalud que la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina, o bien cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
“Una vez diagnosticada la enfermedad es prioritario mantener unos niveles óptimos de glucosa en sangre. Esto se consigue con la adecuada medicación, con el seguimiento de una dieta saludable, así como con la realización de ejercicio físico de forma regular. En algunos casos es difícil lograrlo, lo que predispone a presentar las temibles complicaciones mencionadas”, agrega el doctor Gallo.
LA IMPORTANCIA DE REALIZAR ESTUDIOS VASCULARES
En su opinión, es también necesario que los pacientes diabéticos se hagan estudios vasculares y extremen los cuidados y precauciones en las lesiones de los pies. Ve muy importante, igualmente, tener en cuenta las posibles alteraciones anatómicas de los pies, como por ejemplo las deformidades en los dedos, los juanetes, los dedos en martillo o en garra. “El estudio se realiza con un Eco-Doppler, herramienta que nos proporciona información relevante sobre la circulación sanguínea", explica el doctor Gallo.
Mientras, el doctor Santiago Zubicoa, responsable de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del Hospital Ruber Internacional, afirma que en algunos casos se deberá profundizar en el estudio con la realización de una arteriografía o de otras pruebas de imagen, fundamentalmente cuando se valore un posible procedimiento terapéutico.
TODO PACIENTE CON DIABETES TIENE RIESGO DE DESARROLLAR PIE DIABÉTICO
Ambos expertos coinciden al afirmar que es importante recordar que toda persona con diabetes tiene riesgo de sufrir pie diabético; sin embargo, un buen control de la glucosa en sangre, sumado a hábitos de vida saludables, un buen cuidado de los pies y una buena elección del calzado son claves para prevenirlo. Eso sí, el tratamiento debe ser siempre individualizado y dependerá del grado de la enfermedad, asegura Pablo Gallo.
Concretamente, el pie diabético es cualquier lesión, infección o ulceración de los pies asociada a neuropatía y/o enfermedad vascular periférica en pacientes con diabetes. “Si los niveles de azúcar en la sangre son demasiado altos y mantenidos en el tiempo, sumado a otros factores como la hipertensión arterial, el colesterol elevado, el tabaquismo o el sedentarismo, todo ello predispone a la aparición de complicaciones de los nervios y de los vasos sanguíneos. El daño de los nervios provoca disminución o pérdida de la sensibilidad, lo que facilita que las pequeñas lesiones puedan pasar desapercibidas", subraya el experto.
Asimismo, resalta que el daño de los vasos sanguíneos repercute de forma importante en las piernas, ya que, al no llegar suficiente sangre, las lesiones o pequeñas rozaduras tardan en curarse, aumentando el riesgo de crecer en tamaño y/o infectarse.
SÍNTOMAS DE PIE DIABÉTICO
El especialista de Ruber Internacional resalta en este punto los síntomas que los pacientes pueden presentar sobre el pie diabético: desde sensación de hormigueo, adormecimiento, calambres y/o dolor en reposo, generalmente al estar tumbado, hasta llegar incluso a la pérdida de sensibilidad, así como a la aparición de lesiones en la piel de los pies o de úlceras que no curan.
"También puede presentarse la ‘enfermedad del escaparate’, originada por el dolor al caminar que obliga al paciente a pararse (claudicación intermitente al andar), así como cambios en la piel, sequedad, piel fina, con ausencia de vello, uñas engrosadas y pérdida de la almohadilla grasa de la planta del pie, entre otros", indica el doctor Gallo.
El doctor Zubicoa añade en este punto que cuando la enfermedad arterial periférica está instaurada hay que hacer un estudio minucioso para determinar si el tratamiento debe ser conservador, o bien si es necesario realizar tratamientos endovasculares para hacer llegar más sangre a las piernas. “Si hay úlceras se determinará si las curas deben realizarse de forma ambulatoria o en quirófano, dependiendo de la gravedad de la lesión”, apostilla el doctor Gallo.
Con todo ello, ambos expertos del Hospital Ruber Internacional insisten en que el tratamiento del pie diabético debe basarse en un abordaje multidisciplinar, realizando un trabajo conjunto con múltiples servicios, entre los que figuran cirugía vascular, podología, endocrinología, medicina de familia, etc., y sin olvidar la importancia del soporte familiar y personal que necesitan estos pacientes.