La entidad pretende cerrar 250 oficinas durante el próximo año, lo que supone casi un 12% del total. Este proceso dará lugar a despido de personal, aunque el banco no las tiene cuantificadas y reitera que llevará a cabo en su mayoría a recolocaciones, prejubilaciones y medidas no traumáticas. Habrá entre 700 u 800 personas afectadas, aunque supuestamente el banco afirma que no habrá despidos para hacer frente al exceso de trabajadores.
En el 2016, la entidad, presidida por Josep Oliu, ha cerrado un total de 92 oficinas y en 2017 pretende cerrar 250 de 2.117 que componen la red. El banco ha justificado que ha recurrido al cierre de oficinas para poder adaptarse a la transformación digital que está abofeteando al sector bancario.