MADRID, 25 JUN. (Bolsamania.com/BMS) .- Antoni Brufau, presidente de Repsol, ha señalado, tras recibir el premio Foro del Buen Gobierno y Accionariado, que la petrolera no tiene intención de vender Gas Natural. Empresa a la que ha calificado de “magnífica”, según recoge Europa Press. No han sido estas las únicas alabanzas del ejecutivo para la gasista: “Nos va muy bien, funciona muy bien, la cotización va perfecta, el negocio le va muy bien y la cuenta de resultados también”, ha declarado.

En este sentido, ha afirmado que su venta “no es una prioridad en absoluto”. De momento, “es una opción que tenemos en nuestro balance” y la desinversión sólo se plantearía en el caso de “encontrar una opción mejor”. Niega la mayor, pero nunca cierra las puertas a su salida. Así, la venta de Gas Natural se ha convertido en un tema recurrente en el universo de Repsol, especialmente desde que la petrolera vendiera sus activos de GNL a Shell por 6.653 millones de dólares.

Tal y como indicaban en marzo los expertos de Ahorro Corporación Financiera (ACF), tras esta venta el "encaje estratégico de la participación en Gas Natural pierde más sentido y, por tanto, es susceptible de ser vendida. Ahora bien, y salvo que la compañía haya identificado grandes proyectos de inversión, no vemos que tenga necesidad de proceder a la venta en el muy corto plazo". Y, por otro lado, reconocen que ésta "le está ofreciendo una rentabilidad por dividendo atractiva del orden del 4,5%”.

Recordemos asimismo que a finales de 2013 los analistas de Barclays ya afirmaban que había llegado el momento de “decir adiós a Gas Natural (…) Daríamos la bienvenida a cualquier cambio para simplificar la estructura corporativa de la compañía, algo que permitiría a la petrolera centrarse en crear valor en sus negocios principales de petróleo y gas”. Calculaba la firma británica que la venta completa de esta participación “a un descuento del 5% con respecto a su valor de mercado y asumiendo que el dinero obtenido se emplea por completo a fortalecer balance”, supondría una dilución de los ingresos pero sería positiva para el flujo de caja neto subyacente de la sociedad. Además, “dejaría a Repsol con una deuda prácticamente cero”.

S.C.