La agencia de calificación crediticia Moody's ha confirmado la nota 'A1' asignada a la deuda soberana de China, aunque ha empeorado a negativa desde estable su perspectiva para el rating del gigante asiático, según ha anunciado este martes la entidad.
El cambio a una perspectiva negativa refleja una creciente evidencia de que Pekín y el sector público en general brindarán apoyo financiero a los gobiernos regionales y locales y a las empresas estatales con dificultades financieras, lo que plantea amplios riesgos a la baja para el sistema fiscal, explica la agencia.
La decisión de Moody's también refleja los mayores riesgos relacionados con un crecimiento económico estructural y persistentemente más bajo a mediano plazo y la actual situación del sector inmobiliario.
"Estas tendencias subrayan los crecientes riesgos relacionados con la eficacia de las políticas, incluido el desafío de diseñar e implementar medidas que apoyen el reequilibrio económico y al mismo tiempo prevengan el riesgo moral y contengan el impacto en el balance del soberano", expone la agencia, que espera que el apoyo brindado a entidades con dificultades financieras sea más selectivo.
El producto interior bruto (PIB) de China registró una expansión del 1,3% en el tercer trimestre del año respecto de los tres meses anteriores, cuando la expansión fue del 0,5%.
No obstante, en la comparativa interanual, entre julio y septiembre la economía de China creció un 4,9% respecto del tercer trimestre de 2022, lo que supone un ritmo de expansión inferior al 6,3% del segundo trimestre.
De este modo, en los nueve primeros meses del año, el PIB chino aumentó un 5,2% en comparación con el mismo periodo de 2022, incluyendo una expansión del 4% del sector primario y del 4,4% en la industria, mientras que el sector servicios creció un 6%.