El potencial de crecimiento de Latinoamérica fue el reclamo que llevó a Banco Santander a dar el salto a la región hace ahora 75 años. Coincidiendo con este aniversario, la entidad organizó a comienzos de mes el XIX Encuentro Santander América Latina. Durante este acto, Ana Botín destacó la fuerza de estos países para afrontar la crisis. “Latinoamérica está mejor preparada de lo que se piensa. Existe un margen macroeconómico para hacer frente a lo que viene, los sistemas bancarios están mucho mejor capitalizados y están mucho mejor regulados y vigilados”, señaló la presidenta del grupo español, y subrayó que en las últimas décadas ha hecho los deberes, y “la gestión de la macroeconomía ha mejorado y está en niveles entre los mejores del mundo”.
De hecho, la celeridad con la que los bancos centrales latinoamericanos se anticiparon en 2021 al crecimiento de la inflación a nivel global, el mayor en varias décadas, ha reforzado su reputación en los mercados. Los organismos monetarios comenzaron el ciclo de subida de los tipos de interés, en promedio, nueve meses antes que sus homólogos la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo. Una respuesta prematura que ha permitido que, en la actualidad, el consenso de los expertos apunte a que la zona observa el futuro económico con buenos fundamentos.
Con una red financiera que se extiende desde Rio Bravo a Ushuaia, para el grupo español Latinoamérica está en su ADN. Su presencia en el continente es histórica, ya que desde su fundación en 1857 en el norte de España su idea era financiar el comercio entre ambas regiones. Hoy, la escala global combinada con la escala local hace que la presencia en estos países sea una de sus fortalezas como grupo.
La entidad abrió su primera oficina de representación en La Habana en 1947, a la que le siguieron otras en Argentina y México. Desde entonces, Santander ha invertido más de 35.000 millones de euros en la región, sobre todo desde los años 90, y cuenta actualmente con activos por valor de 415.000 millones de euros en siete países, donde obtuvo un 42% de sus resultados en los primeros nueve meses de este año. “Elegimos Latinoamérica para iniciar nuestra expansión internacional. Entonces creímos en sus fortalezas y en su capacidad de crecimiento, como lo seguimos haciendo hoy”, dijo Ana Botín.
El banco da servicio en Latinoamérica a casi 90 millones de clientes (de los 159 millones que tiene el grupo en el mundo), principalmente en Brasil, México, Chile, Argentina y Uruguay. Además, en la región trabajan algo más de la mitad de los 200.000 empleados del grupo.
Brasil y México, líderes en la región
Según el último informe financiero de la entidad, correspondiente a los nueve primeros meses del año, la región generó 3.758 millones de euros de beneficio ordinario atribuido al grupo. Y, dentro de la zona, los pesos pesados son Brasil y México. El mercado brasileño lidera las ganancias, con 2.027 millones, tras crecer un 15,3% en euros corrientes; mientras que México obtuvo un resultado en los nueve primeros meses del año de 874 millones, un 49% más.
“Existe un margen macroeconómico para hacer frente a lo que viene, los sistemas bancarios están mucho mejor capitalizados y están mucho mejor regulados y vigilados”, aseguró Ana Botín. Y añadió que: “Según el FMI, el crecimiento de Brasil y México están por encima del esperado en Estados Unidos, y su inflación se espera que para final del año próximo en ambos países (por debajo del 5%) sea menor que la de Alemania”.
En el caso de Brasil, el país lleva tres meses consecutivos de desinflación. Esa situación ha permitido que, pese a la subida de los tipos, las expectativas de crecimiento económico previstas por el banco central hayan mejorado a lo largo de 2022: del 1% que esperaba a finales del año pasado, a una previsión de aumento del PIB del 2,7%.
“El consenso es que la calibración de la política monetaria seguirá siendo un desafío latente al que se enfrentará la región y la economía global. En cuanto a las perspectivas para 2023 esperamos una desaceleración de la inflación y sobre el final del año los primeros signos de recuperación de la actividad económica paulatinamente”, aseguró Juan Cerruti, economista jefe global de Banco Santander, en un papel de debate en el que participaron los economistas jefes de todas las filiales del grupo bancario en la región.
Crecimiento inclusivo
En el encuentro, Ana Botín afirmó que la prioridad en Latinoamérica ahora es el crecimiento inclusivo y sostenible. “Tiene los activos y el talento necesario para navegar tiempos difíciles e inciertos y por eso reafirmamos una vez más nuestra apuesta por la región”, explicó. La presidenta de Santander, además, recordó que el próximo consejero delegado de Banco Santander, Héctor Grisi, que tomará las riendas en enero de 2023, procede de México, desde donde ha dirigido un tercio del negocio del grupo como responsable de Norteamérica. “Nos llena de orgullo que un banco internacional que tiene a Latinoamérica en su ADN cuente a partir de enero con un latinoamericano en un rol tan crítico y relevante. Yo creo en la región y creo en su gente”, aseguró.
También valoró las mejoras en inclusión financiera de la región gracias a la digitalización: tanto las tarjetas de débito (1.800 millones tras duplicarse en algo más de una década) como “los métodos más innovadores, como los QR o los pagos en tiempo real, están volando”. “La posibilidad de hacer pagos digitales revoluciona el comercio minorista, una actividad que emplea a un inmenso porcentaje de latinoamericanos”, señaló Botín. Un 70% de la población cuenta con móvil conectado a internet.
Por segundo año consecutivo, la revista especializada Euromoney ha reconocido a la entidad como el Mejor Banco Global en Inclusión Financiera, destacando los programas de Sudamérica y México. Banco Santander es líder en microfinanciación en Latinoamérica y ayuda a más de un millón de emprendedores cada año a crear o hacer crecer su negocio a través de los programas Tuiio y Prospera. También desarrolla iniciativas para ayudar a las personas y pymes a mejorar su acceso a la financiación y promover la educación financiera. Entre 2019 y 2021, el banco español ha facilitado la inclusión financiera de 7,5 millones de personas y se ha comprometido a apoyar a 10 millones de personas hasta 2025. Solo en 2021, las iniciativas del banco en este ámbito llegaron a más de tres millones de personas.