eurodigital

El desarrollo del euro digital debe implementarse de forma  gradual, con unos límites a las tenencias debidamente calibrados, y considerando la mejor forma de contribuir a fortalecer la competitividad de Europa. Así lo concluye el estudio Digital Euro: a technical explanation and some policy reflections to enhance digital payments in the  European Union, elaborado por la Fundación del Instituto Español de Analistas, y presentado  este martes en el evento Euro digital, ¿una iniciativa estratégica para Europa? celebrado en el Campus Almansa de CUNEF Universidad, Madrid. 

El informe - coordinado por Francisco Uría, socio responsable global de Banca y Mercados de Capitales de KPMG, y del que son autores Christian Castro Torres, Head of Public Affairs de CaixaBank; Vivian Clavel (Head of CBDC & Digital Assets) de Minsait (Indra Group); Gloria  Hervás Ortega, Global Head of Public Policy de Banco Santander; Álvaro de Salas Lasagabaster, miembro del Steering Committee-Financial Services de Minsait (Indra Group); y  él mismo- subraya que el euro digital debe concebirse como un medio de pago complementario al efectivo, no como un instrumento para almacenar grandes saldos. Si no se  limitan adecuadamente sus usos como depósito de valor, explica el estudio, podría afectarse la estabilidad de los depósitos, repercutiendo en la capacidad del sistema bancario para la  concesión de crédito. 

El evento de presentación del estudio, organizado por el Instituto Español de Analistas en colaboración con CUNEF Universidad y el Instituto Español de Banca y Finanzas, reunió a destacados representantes del sector financiero, reguladores y académicos en un debate de  alto nivel sobre el futuro del euro digital y su impacto en la competitividad europea. 

Durante la apertura del acto, el director del Instituto Español de Banca y Finanzas, Manuel Balmaseda, ha señalado que, en los últimos años, “hemos experimentado una revolución  digital que ha transformado por completo los medios de pago, revolucionado las finanzas y  alterado de forma profunda la estructura del sistema financiero”. Esta transformación “ha traído eficiencia y nuevas oportunidades”, según Balmaseda, quien también ha afirmado que  la intervención pública “no debe buscar sustituir al mercado, sino solucionar sus fallos, corregir  disfunciones sociales y dar respuesta a necesidades estructurales que el sector privado no  puede abordar por sí solo”. Por su parte, Lola Solana, presidenta del Instituto Español de  Analistas, subrayó que “el euro digital es una opción prometedora, que requiere una calibración cuidadosa, una amplia implicación de todos los actores y una adecuada  preparación institucional”.

Pagos seguros, soberanía digital y cohesión social: los retos del euro digital 

Entre las claves tecnológicas, el informe destaca que el euro digital deberá permitir pagos  instantáneos y seguros, tanto online como offline, garantizando un nivel de privacidad equivalente al de las soluciones de pago actuales. El objetivo es ofrecer una experiencia que  combine las ventajas del efectivo —anonimato y facilidad de uso— con la seguridad y la  comodidad de los pagos digitales. En particular, el diseño de los pagos offline será  determinante para proteger la privacidad de los usuarios. “El euro digital es una gran  oportunidad para modernizar los pagos en Europa, pero también es un reto que exige  calibración fina y diálogo entre todos los actores. Su éxito dependerá de encontrar un  equilibrio entre innovación, estabilidad financiera y privacidad”, ha señalado Francisco Uría

Por otro lado, el euro digital surge para dar respuesta, y más ahora que nunca, en el contexto  geopolítico actual, para reforzar la autonomía estratégica de Europa en el ámbito de los pagos,  reduciendo la dependencia actual de soluciones no europeas y anticipándose a los retos que  plantean las stablecoins privadas. “La interoperabilidad de las soluciones de pagos  instantáneos, un proyecto donde el sector privado está trabajando con decisión, es sin duda  la alternativa más eficiente y exenta de riesgos mientras continúan las discusiones sobre el  euro digital”, ha afirmado Gloria Hervás Ortega.  

Además, según el estudio el euro digital se perfila como una herramienta clave en el actual  contexto geopolítico y tecnológico: servirá para proteger la integridad del euro frente a la expansión de stablecoins en otras divisas y reforzará la posición internacional de la moneda  europea. Álvaro de Salas Lasagabaster destacó que “la interoperabilidad con las soluciones de pago ya existentes y la colaboración público-privada serán esenciales para que el euro  digital no solo refuerce la soberanía europea, sino que también aporte valor tangible a los ciudadanos y las empresas”. 

En cuanto a la estabilidad financiera, el estudio insiste en el objetivo expresado por el Banco Central Europeo de que el €D debe funcionar como un instrumento de pagos, no como reserva de valor. Por ello, se ahonda en una serie de elementos a tener en cuenta para la fijación de los límites a las tenencias, tales como los patrones y preferencias del uso de efectivo y tarjetas, la heterogeneidad entre sistemas bancarios, las regulaciones existentes, y las  interacciones con otras políticas. Como recordó Christian Castro Torres, “así y todo, la implementación del euro digital no estará libre de cierta incertidumbre, debido por ejemplo  a los posibles cambios en las preferencias de la población o a los avances tecnológicos que  se están produciendo, por lo que sería conveniente aplicar un enfoque gradual”.