Buena parte de los riesgos que se ciernen sobre la economía tienen su origen en las dificultades que está sufriendo China, en el que la fuga de capitales y la intervención del banco central de China ha provocado que el nivel de reservas de dólares que acumula el gigante asiático hayan disminuido hasta los 3,2 billones de dólares desde los 4 billones que llegó a alcanzar en el año 2014.
El riesgo de una crisis de divisas es bajo, según la opinión de Bank of America, que estima que el yuan se depreciará hasta un cambio yuan/dólar de 6,9
, pero que lo hará de manera gradual, para evitar que se desate una nueva ola de volatilidad, así como para que no interfiera en su nuevo modelo de crecimiento, ya que reduciría el poder adquisitivo de los ciudadanos chinos, además de impulsar las exportaciones del gigante asiático.
Bank of America señala que uno de los modelos más popular a la hora de explicar las crisis monetarias, en el que las reservas de divisas de un país se agotan, luego de los esfuerzos del banco central por mantener la moneda estable, no es aplicable a China, pues a diferencia de los países a los que se aplica este esquema, dispone de un holgado superávit en la balanza por cuenta corriente. Además, a su juicio, la moneda china no se encuentra sobrevaluada, lo que reducirá la necesidad de intervención del banco central.
Por este motivo, señala que la crisis monetaria china podría responder al patrón según la cual la crisis se retroalimentan, ya que, en el caso de que los inversores consideren que las actuaciones del banco central no van a permitir mantener estable la moneda, reducirán su exposición a moneda nacional, lo que acentuará la necesidad de intervención de la autoridad monetaria, desembocando, finalmente, en una crisis monetaria.
Aunque la opción que más fuerza cobra es el de una crisis monetaria que tenga su origen en los desequilibrios del sector financiero. En este sentido, la compañía alerta sobre el elevado nivel de endeudamiento privado de la economía china, con un apalancamiento que ha ascendido desde el 120% del PIB en 2008 al 200% actual. La revelación de un stock de créditos dudosos por parte de las entidades bancarias del país podría desatar el pánico entre los inversores, en los que la falta de credibilidad en la fortaleza de la economía nacional lleve a los inversores a retirar fondos del país, retroalimentando la crisis, lo que engarza con el segundo patrón de crisis monetarias.