MADRID, 15 SEP. (Bolsamania.com/BMS) .- Ante la repentina muerte de Emilio Botín el pasado 10 de septiembre y los descensos sufridos por Banco Santander el día que se conoció su fallecimiento, los inversores se preguntan cómo prepararse para una eventualidad así.Si tiramos de hemeroteca, descubrimos casos como el de Apple y la muerte de Steve Jobs. Tras conocerse la noticia del fallecimiento del fundador de la compañía de la manzana, la volatilidad se apoderó de la acción que llegó a caer el 5 de octubre un 2%, pero que finalmente recuperó la calma y finalizó con una subida del 0,23%.
En el caso de Steve Jobs se cumplió lo de 'vender con el rumor, comprar con la noticia'

La noticia de la muerte de Steve Jobs no sorprendió al mercado puesto que el “genio” inventor del “Think different” acarreaba desde hace tiempo una larga enfermedad. El 24 de agosto de 2011 renunció a su puesto en favor del consejero delegado de la compañía, confirmando así las especulaciones que saltaban al mercado del 18 de agosto cuando sus acciones sufrieron una oleada de ventas, llegando a caer un 4%. Se cumplió así el famoso dicho del mercado de “vende con el rumor, compra con la noticia”.
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El caso, no obstante, de Banco Santander fue distinto, ya que la noticia de la muerte de Emilio Botín cogió al mercado por “sorpresa”. Poco antes de la apertura del mercado, la entidad cántabra mandaba un escueto comunicado anunciando la muerte de su emblemático presidente. La acción entonces se desplomaba un 2% llegando a liderar las pérdidas del selectivo.
Poco a poco y según se iba conociendo que la continuidad de su política estaba garantizada con el relevo de Ana Patricia Botín, sus títulos ganaban terreno y lograban finalizar la sesión con ligeras pérdidas, similares a las del resto del mercado.
Dos profesores de Cambridge y Hong Kong han elaborado un estudio para aclarar qué es lo que verdaderamente ocurre. Según Bang Dang Nguyen y Kasper Meisnet Nielsen, tras analizar 149 muertes de altos ejecutivos de compañías estadounidense entre 1991 y 2008, la conclusión central del estudio es que 83 de las empresas estudiadas tuvieron un comportamiento bursátil peor que la media del mercado.
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Ambos autores coinciden en que los datos sugieren que las muertes son incorporadas en los precios del mercado en el periodo desde el fallecimiento hasta que el acontecimiento es conocido de manera pública. No obstante, pasados esos días hay una reacción positiva como en el caso de Banco Santander que deja sus títulos en niveles anteriores a que se conociera la noticia.
Explican Bang Dang Nguyen y Kasper Meisnet Nielsen que las dudas que asaltan a los inversores y que hacen caer a los títulos están relacionadas con la incertidumbre que se crea sobre el futuro del negocio y por los posibles costes de la búsqueda de nuevo líder y los cambios del organigrama.