MADRID, 31 DIC. (Bolsamania.com/BMS) .- 2013 termina con una revalorización para el Ibex 35 del 21%. El selectivo iniciará 2014 desde los 9.916,70 puntos. El porcentaje habla por sí mismo. Ha sido un buen año para la bolsa española y para el resto de plazas bursátiles del mundo. Tan bueno que en unos minutos empezaremos a escuchar y leer estadísticas récord del tipo de “mejor año desde 2009” o “ejercicio más alcista en la década”. En este último caso, disculpen que les agüemos la fiesta con un matiz, pero esta década empezó hace apenas tres años y precisamente durante estos tres pasados ejercicios el Ibex 35 ha sido uno de los índices más castigados por la crisis financiera y económica más violenta desde el Crash del 29 en Estados Unidos.

Aunque con perspectiva para no caer en el sensacionalismo ni en la euforia, tres ejercicios de debacle bien valen celebrar que la bolsa española haya conseguido este año comportarse mejor que los parqués de Reino Unido (14,44%) y Francia (17,94%), y también ha superado al índice paneuropeo Eurostoxx 50 (17,95%). No ha podido sin embargo con la “todopoderosa Alemania”, que ayer cerraba el año con una revalorización del 26%, ni con Wall Street, donde Dow Jones, S&P y Nasdaq han protagonizado un año de récord tras récord. A falta del cierre de hoy, la bolsa de Nueva York ha ganado este 2013 alrededor de un 30% de media.

El buen comportamiento de la renta variable mundial hay que agradecérselo a los bancos centrales, un apoyo con el que ya se contaba al poner fin a 2012. Así respondía Bolsamanía a la pregunta de cómo será 2013 hace hoy justo un año: “De entrada, estamos ante otro año de crecimiento débil y desapalancamiento suave auxiliado por las políticas monetarias de los bancos centrales. Otro año de tipos de interés ultra bajos, de reformas tibias y de progresos fiscales limitados. Los bancos centrales darán tiempo y ayudarán”. Advertían entonces los expertos de Renta 4 que la asistencia de la política monetaria no constituiría la fórmula de éxito que determinaría los niveles de empleo y de crecimiento de la economía, y no se equivocaron.

Si 2007 pasará a la historia por las hipotecas subprime; 2008 por la bancarrota de Lehman Brothers; 2009 por el colapso financiero de Europa; 2010, por la crisis de la deuda soberana de los países periféricos de la Zona Euro; 2011 por los rescates de Grecia e Irlanda; y 2012, por el rescate a los bancos españoles; 2013 será el año en el que España salió de la recesión técnica, pero aún con tasas de crecimiento incapaces de activar la creación de empleo. 2013 acaba con una tasa de paro en España del 26,7%: más de seis millones doscientas mil personas no tenían trabajo al cierre del tercer trimestre, a pesar de las multimillonarias inyecciones de liquidez de los bancos centrales. La economía real sigue sin recoger los frutos de los esfuerzos monetarios. Al menos en Europa donde el desempleo general de la región sigue en niveles récord. Sin embargo, en la principal economía del mundo, la que se supone que tira del resto del planeta, Estados Unidos, la actividad económica está adquiriendo el suficiente vigor como para crear empleo y que su banco central inicie la retirada de estímulos.

Las previsiones tanto de los organismos oficiales como de los analistas de distintas firmas no prevén que España mejore de manera sustancial sus datos macroeconómicos en 2014, ni en términos de crecimiento del PIB ni por el descenso del desempleo. El gran titular de “España ha salido de la recesión” se guardará en la carpeta de 2013 en las hemerotecas con otro importante matiz: se trata de la salida de la recesión “técnica”. Un solo dato de PIB positivo, por mínimo que sea permite escribir ese titular, valga como ejemplo real el PIB positivo del +0,1% del tercer trimestre tras nueve trimestres en negativo, la recesión más larga sufrida por España desde la llegada de la Democracia.

Otro gran titular, el “España sale del rescate”, tampoco se puede imprimir sin matices. La amenaza del rescate total a la griega no se materializó en 2012, cuando la prima de riesgo española se disparó, pero para evitarlo, se tuvo que recurrir a una “asistencia financiera” que ha llegado a su fin este año, concretamente hoy, 31 de diciembre. “España sale del rescate bancario”, sí, pero se limita a abandonar el programa de control internacional con el que se comprometieron los bancos que recibieron los alrededor de 60.000 millones de euros. Los intereses se seguirán pagando durante años y el Fondo Monetario Internacional (FMI) seguirá vigilando al país, Además, aunque el influyente Emilio Botín, el presidente de Banco Santander, haya dejado este 2013 otro gran titular, el “Está llegando dinero a España por todas partes”, es obligatorio matizarle también a él: los bancos han vuelto a beneficios este 2013 pero no han cumplido con el principal objetivo del rescate, ni con el que también era el fin último de la liquidez facilitada por los bancos centrales: siguen sin abrir el grifo del crédito. El dinero llegará “por todas partes”, por ejemplo, desde la fortuna multimillonaria de Bill Gates, pero no “a todas partes”, no a pymes ni familias.

Y ahí va el matiz del matiz: en lugar de dar préstamos, los bancos han usado la liquidez de los bancos centrales para comprar la rentable deuda soberana de España. Rentable porque estaba disparada ante el temor a una quita similar a la de Grecia. Si ellos no lo hubieran hecho... futuribles difíciles de calcular, así que hasta habrá que agradecérselo.

En este 2013, los conceptos de “rescate” y “prima de riesgo” han perdido peso, pero algunos otros que también presidieron 2012, como “ajuste”, “reforma” o “déficit”, han seguido monopolizando los discursos económicos, aunque en la recta final del año la palabra “recuperación” se ha impuesto, con la esperanza de ser la protagonista de 2014. También han ocupado titulares “palabros” como shutdown o tapering, complicados conceptos en inglés que nos arrebatan una sonrisa al recordarnos al “relaxing cup of café con leche en la Plaza Mayor”. Y es que estos 12 meses no solo han vivido de la economía y las bolsas. 2013 ha sido el año en el que de nuevo Madrid se quedó sin “suelo olímpico”; el año de la desaparición de figuras como Margaret Thatcher, Hugo Chávez o Nelson Mandela; el año en el que por primera vez un Papa renunció al Pontificado y, por primera vez, la fumata blanca anunció a un sumo pontífice americano. 2013 ha sido el año de Eduard Snowden si miramos más allá de España, y de Luis Bárcenas o Miguel Blesa si nos quedamos en casa. Entre los capítulos más tristes, 2013 será recordado con amargura por el accidente de tren en Santiago de Compostela.

El equipo que hace posible Bolsamanía les desea un Feliz 2014 pero, sobre todo, desea darles a lo largo del año que viene buenas noticias, sin matices.

María Gómez