Según la prensa, la compañía considera que no se ha dado la "atmósfera" adecuada para proseguir con el diálogo y ha suspendido un encuentro entre ambas partes que estaba previsto para hoy.

Entre las recriminaciones de VW que recogen los medios figura la carencia de una línea de actuación clara por parte de Porsche y el "descrédito" que esa situación está suponiendo para Volkswagen.

Para el presidente del comité de empresa Bernd Osterloh, Porsche debe aclarar primero a nivel interno qué es lo que espera de una futura relación con VW y dirigirse después a la compañía alemana con una propuesta concreta. "Compra, fusión o algo completamente distinto", señala.

La decisión de VW se produce diez días después de que representantes de las familias Porsche y Piech, emparentadas y enfrentadas desde hace dos años en una lucha de poder, acordaran crear un grupo automovilístico integrado.

Los accionistas encargaron a un grupo de trabajo la elaboración de un concepto que debía presentarse tras un periodo de un mes.

En el trasfondo de ese proyecto de fusión están las dificultades financieras de Porsche para hacerse con el control de Volkswagen y la posibilidad de que esta última aproveche esa flaqueza para responder a los intentos de compra con la adquisición del comprador.

Porsche estaba dispuesto a adquirir el 75% de Volkswagen, el mayor fabricante automovilístico de Europa, pero la crisis financiera, que afecta sobremanera al sector del automóvil, ha trastocado esos planes.

A las dificultades financieras de Porsche, que intentó ampliar su participación en Volkswagen mediante un intercambio de activos, se une el volumen de liquidez de VW, que le permitiría comprar sin deuda a Porsche.