Todo comenzó el pasado miércoles 9 de Junio, hace una semana, cuando los ministros griego y portugués ratificaron los compromisos adquiridos por ambos países en cuanto a recortes del déficit público. Esas declaraciones sirvieron para que comenzaran a cerrarse posiciones cortas sobre el euro y el sector bancario europeo, cierres que proseguirían días después, con declaraciones en apoyo del Euro, como las pronunciadas por el principal responsable de pensiones en China.

A continuación, los índices se fijaban caprichosamente en el supuesto éxito de las subastas de deuda pública de España (y otros países como Bélgica e Irlanda), poniendo el acento en las buenas cifras de demanda, y no en la elevada sobreprima pagada.

Mientras esto ocurría, los índices subían, con mucho menor volumen al registrado en las bajadas, mientras subían los CDS y los Spreads de deuda, que nunca se alejaron de sus máximos históricos, Moody,s rebajaba cuatro escalones la calificación crediticia de Grecia, y no paraban de vestirse rumores sobre un supuesto plan de rescate a España.

Divergencias que eran obviadas por los mercados, tal vez más atentos al vencimiento de derivados del segundo trimestre del próximo viernes, que siempre dota de artificialidad a los mercados en sus inmediaciones.

Estadísticamente, la semana posterior al vencimiento de derivados del Segundo Trimestre es claramente bajista. Este hecho puede motivar que, eliminada la sobreventa, volvamos a la tendencia de medio plazo en la que nos encontramos, y volvamos a probar los soportes clave (8.800 puntos del Ibex 35, 1.040 puntos del SP500).

Del mismo modo, el EUR-USD puede volver a niveles de 1,20, que en caso de ser perdidos, pueden llevar al cambio de la moneda única al nivel del 1,15 en su cambio con el billete verde.