Tras mostrar que Portugal había reducido su deuda pública por debajo del 7,3%, Sócrates negó tener que acudir a un rescate del FMI y la UE.

El primer ministro se mostró crítico con los que barajan la quiebra del país, ya que "esto perjudica al euro y ayuda a los especuladores".

El gasto público durante el 2010 fue del 1,7%, frente al 2,5% previsto en el plan presentado a la Comisión Europea en marzo, mientras que los ingresos públicos subieron el 5,3%, por encima del 4,5% presupuestado. Algo que Sócrates valoró como "un excelente resultado".