¿Por qué digo esto? Analicemos lo ocurrido durante la semana en torno a los principales riesgos a los que se enfrenta el mercado, y la reacción de los mercados a los mismos:

Crisis de deuda en Europa:
1. Seguimos en ausencia de medidas contundentes, en ausencia de un cortafuegos potente que permita gestionar la crisis de deuda actual de modo más eficiente. Además, el BCE sigue sin activar su programa de compras de bonos.
2. Se da paso a una crisis política (Francia y Holanda) que reabre el debate entre crecimiento y contención del déficit y parece que la apuesta por el crecimiento vuelve a ganar defensores (BCE, FMI e incluso Alemania vuelven a incluir al crecimiento en sus discursos).
3. Las emisiones de deuda de los países de la periferia cumplen con los objetivos previstos pero a costa de asumir crecientes costes de financiación.
4. La capacidad de las economías periféricas para cumplir con los objetivos de déficit sigue en duda. Con la crisis política, esas dudas se extienden también hacia economías fuertes como la holandesa o la francesa que podrían dar marcha atrás a sus respectivos compromisos fiscales.
5. La delicada salud del sistema financiero europeo sigue preocupando (FMI propone al gobierno español dotar a la banca de nuevos apoyos públicos).
6. Las agencias vuelven a mover ficha, España, el país perjudicado. ¿El inicio de un nuevo ciclo de rebajas para banca, empresas españolas y otros países europeos?

En referencia al otro foco de tensión, el del crecimiento económico destacamos los datos más relevantes de la semana:

1. Dato flojo de PMI en Europa (debilidad que también afecta a las economías fuertes)
2. Datos de PIB preliminares por debajo de lo esperado en Reino Unido y EEUU.

Como pueden observar, el balance de la semana es decepcionante en el frente económico y poco tranquilizador en lo referente a la periferia. Sin embargo, lejos de la racionalidad, los activos de riesgo concluyeron la semana con una balance positivo. Sí, es cierto que los riesgos siguen sin solucionarse y es cierto que seguimos observando movimientos confusos, volátiles y con una fortaleza a la que no podemos encontrar explicación (seguimos con una situación controlada por riesgos crecientes y sin soluciones a la vista)… pero lo cierto es que tras un mal inicio de semana, tras registrar nuevos mínimos anuales y cuando parecía que todo iba a hundirse, la renta variable consiguió girarse al alza y concluir la semana con una vuelta alcista que cuenta con cuatro jornadas consecutivas en su haber y deja un balance semanal positivo.

No obstante, como viene siendo habitual, debemos señalar diferencias significativas entre los índices mundiales. En el caso de las plazas USA tenemos unos índices que vuelven a aproximarse a la zona de máximos anuales, en el caso de la zona euro tenemos un núcleo fuerte que sigue mostrando resistencia a los recortes profundos y una periferia que intenta escapar del abismo.

Vimos avances en las plazas USA. Avances que alejan a los índices de las zonas críticas de soporte pero, aún así, tan sólo estamos en disposición de decir que se ha evitado activar un escenario de debilidad. Aunque los índices se mantienen por encima de los máximos alcanzados en el ejercicio 2.011, los evidentes síntomas de agotamiento, dejan divergencias bajistas en los indicadores que de corregirse podrían dar paso a la debilidad en cualquier momento. Tras los avances de esta última semana, tras aproximarse y concluir la semana en las inmediaciones de los máximos anuales, nos interesa ver si finalmente llegan las compras que permitan a los índices seguir registrando nuevos máximos, o si finalmente, esa dificultad para seguir alcanzando nuevos máximos, ese agotamiento en los movimientos, se enfatiza y da paso a una recogida de beneficios más consistente. Los soportes a vigilar, en los 12.700 del Dow y los 1.340 del S&P 500.






En el caso de la zona euro, tenemos tanto al núcleo fuerte como a la periferia cotizando por debajo de la zona de máximos de 2.011. Sin embargo, mientras la periferia está débil y a un paso de la zona crítica de mínimos de 2.009, el núcleo fuerte evita activar un escenario de debilidad.

En el caso del Dax, la semana nos deja un nuevo mínimo anual que además queda por debajo de la zona de soportes crítica para el corto plazo que establecíamos en los 6.600-6.532. Sin embargo desde esos mínimos semanales que se dejaron en los 6.505, el índice germano inició una vuelta alcista que cuenta con cuatro jornadas consecutivas de duración y que permite que el balance semanal quede en positivo con un cierre en los 6.811.



De este modo, como puede observarse en el gráfico, el Dax consigue evitar que se active un escenario correctivo de mayor calado y además, encajar la segunda semana consecutiva de avances. ¿Suficiente? Por el momento no, es por ello que estoy muy interesada en ver si los avances tienen continuidad y permiten que el Dax supere a zona de máximos recientes del pasado 18 de abril en los 6.855 para cierres, o si por el contrario son las ventas las que vuelven al protagonismo presionando al índice de nuevo hacia la zona de los 6.532. Muy importante lo que ocurra en las próximas jornadas.

Más delicada es la situación del Eurostoxx 50. Aunque vemos que se repite el mismo patrón que comentábamos en el caso del Dax (nuevos mínimos anuales que comprometen los soportes a considerar para el corto plazo que establecíamos en los 2.210 y vuelta alcista desde los mismos que evita activar un escenario de mayor debilidad), los avances son más débiles que en el caso del índice germano y por tanto, el esfuerzo adicional que debe acometer el Eurostoxx para anular la debilidad actual, es mucho mayor. Resumiendo, el Eurostoxx dejó nuevos mínimos en los 2.177, desde allí inicia una vuelta alcista que si bien permite recuperar la zona de los 2.210 de inmediato y evitar el peor de los escenarios, es aún demasiado reciente para poder concluir que lo peor ha pasado.