"Es evidente que en los últimos años la economía española se ha apoyado demasiado en este sector (el de la construcción) y hoy tenemos que pagar esos excesos", declara Salgado en una entrevista que publica hoy el rotativo "Frankfurter Allgemeine Zeitung" (FAZ).

Pese a todo subraya que "el mercado de la construcción fue un factor fundamental para el crecimiento económico de los últimos años y, con ello, ha desempeñado un papel que no se debe menospreciar, puesto que le ha aportado un mayor bienestar a una gran parte de la población".

Tras citar la frase de Rahm Emanuel, jefe de gabinete del presidente estadounidense, Barack Obama, "no se puede dejar pasar nunca una crisis sin aprovecharla", la ministra afirma que "este es el momento perfecto para las reformas necesarias" para que España cuente "con una economía mucho mas competitiva".

En ese sentido explica el llamado "Plan E para el Estímulo de la economía y el Empleo" con unas 100 medidas y un presupuesto de unos 40.000 millones de euros, aunque subraya que "a largo plazo el gobierno planea crear las bases para un cambio del modelo de crecimiento económico".

"Se trata aquí de una serie de reformas estructurales -y no estoy hablando únicamente de la economía, sino de un elemento decisivo: la educación-; unas reformas que permitan a España incrementar su competitividad y posicionarse como un país con un punto económico clave en el capital de orientación tecnológica", agrega.

Asimismo comenta que el Gobierno español se ha planteado rebajar el déficit presupuestario hasta 2012 "por debajo de la marca del 3%" que exige el Pacto de estabilidad, aunque será inevitable sufrir "unos años de déficit alto, al igual que los demás países de nuestro entorno".

Después de señalar que "el sector bancario ha demostrado una estabilidad de la que podemos estar orgullosos", Salgado recuerda que "nuestros bancos y cajas de ahorros han resistido ejemplarmente la crisis" a la vez que "hemos visto hundirse algunos grandes nombres del ente financiero a ambos lados del Atlántico".

Y afirma que "la supervisión bancaria por parte del Banco de España, con su condición para los institutos financieros de crear reservas anticíclicas, se ha convertido en un modelo para los órganos de supervisión en otros países, y muchas de sus medidas han sido adoptadas como recomendaciones en la última cumbre del G-20 en Londres".

Pese a todo admite que "ningún sistema financiero es absolutamente inmune a una crisis de esta envergadura", califica de "incidente aislado" el caso de la Caja de Castilla-La Mancha y no descarta que, "si la crisis perdura, en el peor de los casos también unos cuantos bancos mas podrían requerir ayuda".

Preguntada por la rebaja de la solvencia de los empréstitos estatales españoles, Salgado destaca que "el tratamiento de nuestros empréstitos estatales no ha sido diferente del que han recibido otras economías en nuestro entorno, que lógicamente se encontraron ante todo durante el pasado otoño bajo una gran tensión en sus mercados de capital".

"Pero también en este sentido pienso que la situación se ha calmado. Para los empréstitos estatales a diez años, la distancia frente a Alemania en el momento más duro de la crisis fue de 140 puntos. Ahora ya sólo nos encontramos a 60 puntos", añade.

Finalmente y cuestionada sobre la posibilidad de que la crisis de lugar a fuertes conflictos sociales, también por la alta inmigración de los últimos años, la vicepresidenta segunda del gobierno español descarta esa posibilidad.

"En España nunca hemos tenido este tipo de problemas y tampoco ahora hay indicios que apunten en esta dirección. Naturalmente estamos preocupados, cómo iba a ser sino, por las consecuencias de la crisis económica en el mercado laboral, con su enorme incremento del número de desempleados", declara en el diario FAZ.

"Pero en este sentido no pueden hacerse distinciones. Sufre el conjunto de la sociedad española, sobre todo las capas más pobres, sean inmigrantes o no, y por ello muchas de las medidas del gobierno están destinadas precisamente a estas personas", explica Elena Salgado.