En este punto la pregunta es quiénes serán los principales amenazados por este “cambio” a nivel social.  La primera respuesta es obvia: los fabricantes de plásticos se han situado en el ojo del huracán. Aunque el problema, dicen Seema Suchak y Elly Irving, ESG analyst de Schroders, se extiende más allá de las bolsas de plástico, micropartículas o pajitas.  En un análisis más exhaustivo, áreas de empaquetado de productos de consumo, proveedores y materias primas que se utilizan en el proceso de fabricación se verán más presionados.

Y, aunque las empresas de consumo han sido las más afectadas por este incremento de interés, “las repercusiones para el resto de participantes en la cadena de valor del plástico probablemente serán más drásticas y disruptivas”.  

Estas son sus previsiones:

  • Las firmas de consumo deberán reducir el uso de plástico sustituyendo el plástico de un solo uso por materiales alternativos o rediseñando o reduciendo los envases. Una amplia lista de compañías ya ha anunciado planes para cambiar sus enfoques respecto del uso del packaging. Por ejemplo, el propietario de Costa Coffee, Whitbread, ha lanzado un plan de reciclaje a escala nacional, Coca-Cola se ha comprometido a recoger y reciclar el equivalente de todos sus envases en Europa occidental para 2030 y McDonald’s planea sustituir todo su packaging por envases renovables o reciclables para 2025.  

La adquisición de nuevas herramientas para los equipos y la reconfiguración de las cadenas de suministro supondrán costes y, en algunos casos, un mayor gasto en materiales. No obstante, “nuestro análisis muestra que las empresas que ya se están adaptando a estas tendencias podrían salir victoriosas. El ahorro derivado de un uso reducido del packaging, la mejora de la percepción de los consumidores y los menores riesgos en materia normativa podrían contribuir a una ampliación de los márgenes para los productores de alimentos y las firmas de productos para el hogar y la higiene personal. Creemos que las compañías de refrescos que sigan llevando a cabo su negocio sin alterar su política se enfrentan a los mayores riesgos de caída”.

  • Las empresas de packaging abordan los mayores desafíos. Actualmente, el 37% de los envases para productos de consumo es de plástico, cuyas perspectivas han cambiado de forma evidente. Por otro lado, los líderes que sean capaces de desarrollar alternativas sostenibles —como bioplásticos o una mayor capacidad de reciclado— se verán fortalecidos por estos desafíos. Deberían poder desarrollar productos diferenciados sobre los que tengan una ventaja de fijación de precios y reemplazar su dependencia actual de las categorías de productos plásticos tradicionales. “Si bien algunos de los participantes de mayor peso ya están dirigiendo sus esfuerzos en innovación al desarrollo de envases más sostenibles, creemos que este avance es demasiado lento como para permitir al sector en su conjunto renunciar a los plásticos tradicionales sin sufrir las consecuencias. Nuestro análisis de la exposición del beneficio de explotación de las empresas de packaging individual pone de manifiesto el valor del liderazgo, gracias al cual las firmas bien situadas acusarán un impacto menor y aquellas rezagadas verán peligrar hasta un tercio de sus beneficios”.
  • Las compañías químicas están empezando a desarrollar plásticos de base biológica o que puedan convertirse en fertilizante, así como diferentes tipos de polímeros que pueden lograr la reducción del uso del material. Los bioplásticos y los materiales fertilizantes están empezando a ganar fuelle. Se espera que el mercado de bioplásticos crezca a una tasa de crecimiento anual compuesto del 30% hasta 2030 (desde 2013), en comparación con el crecimiento medio del 3% que experimentará el plástico basado en combustibles fósiles. Los primeros tienen sus defectos: pueden resultar difíciles de reciclar, más caros de fabricar y aún no están disponibles en grandes cantidades, pero los avances en la tecnología de conversión de celulosa previsiblemente mejorarán la calidad, la cantidad y los costes. En vista de que los fabricantes se ven presionados por aquellos de sus clientes que tratan con el consumidor, “las empresas más innovadoras deberían ganar cuota de mercado. Es probable que la mayoría de estos beneficiarios se alcen por encima de los actuales líderes del sector”.
  • Las empresas de servicios de recogida de residuos y de reciclaje probablemente se beneficien del aumento de la demanda de servicios de reciclaje y reutilización al fin de la vida útil. Las últimas restricciones a la importación de residuos en China, junto con el incremento de la presión política y normativa sobre el desecho de plásticos, suponen una potencial plataforma de lanzamiento para el sector del reciclaje. El surgimiento de nuevas regiones, nuevas aplicaciones y nuevos productos podría fomentar un crecimiento del mercado de entre el 7% y el 9%. Escoger a los ganadores en un mercado fragmentado y altamente competitivo constituye un desafío y, en nuestra opinión, contar con soluciones especializadas será clave.
  • El petróleo es la principal materia prima utilizada en la producción de plásticos. No obstante, únicamente el 4% de la producción de petróleo a escala mundial se emplea en la fabricación de plástico, y se estima que la mitad de ese porcentaje se utiliza para el packaging. Como resultado de ello, el impacto en este mercado probablemente sea limitado, aunque el problema agrava inevitablemente los desafíos más amplios a los que se enfrenta el sector energético.

Los plásticos de un solo uso se han convertido en un elemento omnipresente en los sectores de productos de consumo y en las cadenas de valor de hoy día. Estos expertos esperan que la presión se contagie desde los nichos específicos en los que, hasta ahora, se ha centrado toda la atención hasta la gama más amplia de productos que contribuyen a este desafío medioambiental mundial, que ya ha pasado de ser una preocupación meramente ecológica a un catalizador económico.