La subasta de letras del Tesoro no ha ayudado precisamente a rebajar las tensiones. Así, se han colocado 2.600 millones de euros a 12 meses y 558 millones a 18 meses, con tipos máximos exigidos por los inversores de 5,2% y 5,320%, respectivamente, niveles no registrados desde hace 14 años. Esto es indicativo de la falta de confianza del mercado hacia nuestro país. De hecho, CMA ha aumentado sus estimaciones situando a España e Italia con probabilidades de impago en máximos de 32,10% y 38,40%.

El cambio de gobierno italiano no ha apaciguado la aversión al riesgo de los inversores que castigan a países como Francia, Bélgica o Austria, además de a los llamados periféricos, manteniendo posiciones bajistas. El efecto contagio a nuestra economía es evidente, aunque si bien es cierto, el mercado se mantiene a la espera de la subasta de bonos del próximo jueves, en donde se intentarán colocar 4.000 millones de euros en bonos a 10 años, y al resultado electoral del próximo domingo. La rentabilidad del bono español viene situándose desde ayer entorno al 6%, lo que se podría considerar un baremo a la hora de valorar la rentabilidad exigida en la subasta de esta semana.

Asimismo, la búsqueda de refugio en el bund tampoco ayuda a apaciguar la prima de riesgo, cediendo la rentabilidad del bono alemán hasta el 1,8%. Por tanto, los germanos se están financiando a mínimos históricos, incluso negativos si consideramos la inflación, mientras países como España alcanzan máximos, expandiéndose así el diferencial entre tipos.

España necesita trasmitir confianza, con medidas de urgencia coordinadas con las autoridades europeas. No puede solucionarse tan solo con reuniones en las que no se saca nada en claro, sino con decisiones y medidas que ayuden a tranquilizar el efecto dominó en el mercado de deuda europea. Si bien es cierto, que los niveles de deuda pública española sobre PIB no superan el 100% como en el caso italiano, sí que tenemos deuda privada avalada por el Estado que en caso de impago afectaría a las arcas públicas. El control del déficit debe ser primordial para los gobernantes de nuestro país, además de promover el empleo y la producción para poder hacer frente a nuestros compromisos futuros.
En conclusión, cuando desde hace dos años decíamos que estábamos a las puertas de la mayor crisis de deuda de la historia, nos venían las entidades financieras diciendo que sus balances estaban saneados con mejoras en su ratios de solvencia. Las medidas de control en los criterios de valoración de las agencias de rating, tras la crisis vivida con las monolines, iban a suponer una mejora en los márgenes ya que las entidades financieras iban a mejorar en las provisiones con un proceso de integración del sector financiero. Nuevamente hoy, volvemos a decir, que no nos creemos los balances de las entidades, y que la mala praxis de los “banqueros políticos” está lejos de solucionarse por las siguientes razones:

1.- Las entidades financieras siguen sin valorar sus activos inmobiliarios a precios de mercado lo que supone que los balances no recojan la realidad. Pero lo más grave, es que utilizan sus inmuebles, para darles salida con financiación preferencial a sus clientes, sin otorgar crédito a los promotores que fueron quienes llenaron las arcas de sus resultados en los años pasados. La ley de competencia debería reformarse e ir todos a un modelo mucho más ético.
2.- La tasa de morosidad la tenemos por encima del 5% lo que agrava los márgenes de las entidades porque sólo se preocuparon de ganar sin existir control del riesgo.
3.- Tras todas las ayudas recibidas por “papá Estado”, nuestros máximos mandatarios en lugar de conceder crédito, invirtieron en deuda pública para utilizarlo como colateral.
4.- Seguimos con activos tóxicos porque las entidades financieras para aportar rentabilidad en los productos monetarios antes del estallido de la crisis, crearon productos de inversión CDO´S titulaciones hipotecarias, en donde estos activos dependían de que un particular pagara su préstamo. ¿Cómo es posible que después de tanto tiempo los balances no recojan la situación real a la hora de la contabilización?.
5.- Para levantar las crisis hace falta motivación y facilidades para que nuevos proyectos salgan adelante. Hoy ninguno sale adelante porque las entidades financieras las gravan con tales intereses que los costes de oportunidad desalientan al pequeño emprendedor. Tengamos en cuenta que en el fondo lo que todos queremos, es un sector financiero transparente, que se lleve sus márgenes lógicamente, pero que funcione a la hora de crear riqueza para ser capaces de crecer junto a su socio, el “pequeño empresario”.
6.- El mercado es sabio y soberano. Las políticas keynesianas se fundamentaban en incrementar el déficit público vía gasto con distintos instrumentos de política monetaria y política laboral. Hoy nos damos cuenta, que con Estados irresponsables que no cuidan se su tejido productivo industrial, no funcionan todas las teorías del pasado. Nuestra visión, instauremos nuevos esquemas y demos oportunidades a los jóvenes que tienen ideas, permitiéndoles que se puedan equivocar facilitándoles la expansión entre países. A nuestro criterio que los jóvenes se vayan del país es por la falta de oportunidades en España, pero en el futuro, si nos miramos en ellos, tendremos más voluntad para crear empleo, y esa riqueza a medida que se vayan instaurando las medidas, revertirá en nuestro PIB.

7.- Para hablar en materia de Educación, acerquemos a las Universidades el mundo laboral para crear especialización.

Habría muchos temas que tratar pero queremos dejar claro que Aspain 11 Asesores Financieros EAFI , es una empresa dedicado al asesoramiento financiero y no al análisis político. Nosotros analizamos la economía aunque estamos viviendo una situación muy indexada a la política últimamente, pero lo que realmente nos importa es mejorar en el asesoramiento financiero. Dadas las convulsiones de los mercados, estamos a pleno rendimiento dado que como EAFI, nos consideramos socios de nuestros clientes, y centrados en grandes patrimonios tenemos que aportar valor. Nuestra recomendación se caracteriza en

1.- Huir de la deuda pública
2.- Escoger estrategias neutrales a mercado para proteger nuestra asset allocation disminuyendo la volatilidad.
3.- “Asset class” con buenos fundamentales en deuda corporativa. No todo vale y ahora es cuando realmente hay que diferenciarse del resto.
4.- Saber diferenciar que aunque la renta variable caiga de valor, hay empresas saneadas con buena evolución.
Acabemos siendo positivas esperando que todo lo acecido nos haga salir del túnel pero sabiendo que todo depende de cada uno de nosotros, sin poner parches y buscando soluciones rápidas fundamentadas en valores.