En las cuatro últimas sesiones, la entidad se ha dejado un 48% de su valor, lo que incrementa las pérdidas en el año hasta el 64%. La compañía además está amenazada por el volumen de posiciones cortas – que ya superan el 12% del capital - después de la entrada de Melqart AM.  Este fondo no es nuevo en bolsa española, hay que recordar que ya adquirió el 4% de Abengoa e hizo un gran negocio cuando la acción se desplomó provocado por la gran cantidad de acciones que llegaron al mercado procedente de la ampliación de capital.

Ahora parece que Melqart quiere hacer lo mismo en Popular, que en estos momentos es uno de los valores más volátiles del selectivo. Y para muestra, un botón. Tal y como decía José Luis Cárpatos, analista independiente, “estamos viendo que empiezan a aparecer números altos de entidades que se ponen a comprar en precios bajos y soltar en precios altos, lo que apoya la volatilidad a cualquier persona normal le puede hacer mucho daño, así que hace tiempo que hay que estar lejos del valor. Pero si alguien intenta jugar dentro de la volatilidad, que tenga mucho cuidado porque los grandes tiburones están casi todos aquí”.

 

 

Evolución posiciones cortas desde el inicio del año. Fuente: CNMV

 De hecho, su capitalización ha caído en más de 1.000 millones de euros en la última semana. El debate, abierto en los últimos meses, de nuevo se centra en cómo salvar a una compañía atenazada por la deuda que experimenta la consecuencia de una mala gestión. Ahora la apuesta está, casi a cara o cruz, en ver si habrá ampliación de capital o una compra de otro banco.  Mientras Caixabank y Sabadell se desmarcaron desde el principio y las posibilidad de que BBVA puje por la entidad es baja, parece que todas las miradas están puestas sobre el Santander, decidido a no embarcarse en una operación en la que no le salgan los números.   La cúpula del Popular, que este martes está citada con responsables del BCE para compartir el diagnóstico de la entidad y sus vía de trabajo, apenas ha desvelado desinversiones de calado pese a que hacer caja era una prioridad para reforzar el capital. Tan solo ha recaudado 248 millones con Targobank, la financiera del Pastor y Merlín.  En la recámara le queda la filial estadounidense TotalBank, cuya venta al chileno BCI por unos 450 millones se encuentra encauzada; o un WiZink valorado en su integridad en entre 1.500 y 2.500 millones por algún banco de inversión -la mitad pertenece al Popular.

Eso sí, donde algunos ven riesgo otros ven oportunidades en un activo que se podría considerar “una ganga para los buscadores de riesgo”, explica Financial Times. Y es que si la calidad de los activos es dudosa, las entradas de préstamos no rentables están cayendo y además, “tiene una de las mejores franquicias de banca para pymes en España”.