"Necesitamos una solución, pero esta solución tiene que ser viable" dijo, para añadir a continuación que "el plan de rescate fue diseñado para el sector financiero". Paulson explicó que "una idea" para una posible solución al problema del sector automovilístico es modificar la ley aprobada en septiembre por el Congreso para facilitar 25.000 millones de dólares en préstamos a la industria
bajo un programa de incentivos para producir vehículos menos contaminantes.

"Este programa podría ser modificado para liberar más fondos" para el sector automovilístico, dijo el secretario del Tesoro.

Las declaraciones de Paulson se producen dos días después de que el presidente electo, Barack Obama, y Bush se reunieran en la Casa Blanca en el marco del proceso de traspaso de poder, oportunidad que el próximo mandatario de EEUU aprovechó para presionar al Gobierno para que ayude de manera inmediata a la industria automovilística y salvar a aquellos fabricantes en peligro de quiebra.

De los tres principales fabricantes estadounidenses, los llamados Tres Grandes de Detroit, Ford, Chrysler, y General Motors (GM), es ésta última la que se encuentra en peor situación.

La compañía ha perdido 2.500 millones de dólares en el tercer los últimos meses (70.000 millones desde el 2004) y con la crisis de los mercados crediticios se le está agotando el dinero en efectivo para mantener sus actividades en marcha durante 2009.

Ford también ha sufrido pérdidas de miles de millones de dólares en los últimos dos años, pero su situación no parece ser tan crítica.

Las tres compañías han eliminado decenas de miles de puestos de trabajo y han anunciado recortes de producción que amenazan con más despidos y bajas incentivadas masivas.

Ante esta situación, los legisladores demócratas se están apresurando para elaborar planes que permitan a Detroit acceder a miles de millones de dólares de ayudas.

Por ejemplo, el senador de Michigan (donde se concentra gran parte de la industria del motor) Carl Levin ha dicho que está redactando un proyecto de ley para incluir a los fabricantes de automóviles en el paquete de rescate del Gobierno.

La propuesta de Levin, y las esbozadas por el equipo de transición de Obama, van, como ha quedado evidenciado con las declaraciones de Paulson, más allá de lo que el Gobierno está dispuesto a aprobar.

Los portavoces demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi (Cámara de Representantes) y Harry Reid (Senado) también han solicitado a la administración Bush que incluya al sector del automóvil en el plan de rescate.