El ciclo económico

Para entender que está sucediendo en la economía real necesitamos hacer referencia ineludiblemente al ciclo económico. Nuestra sociedad es capitalista, lo que sugiere que el capital es la base de nuestro sistema. Más allá incluso de lo económico, podríamos hablar de lo filosófico o incluso de lo cultural. El capital es el que mueve nuestra sociedad, por lo tanto el ciclo económico. Históricamente se sabe que la economía es cíclica y se compone de 4 fases (auge, desaceleración o recesión, depresión y recuperación). El estudio del ciclo económico, tuvo su auge en la década de los 30 del siglo XX, debido a la Gran Depresión. La complacencia humana llegó a adivinar que se podía erradicar las recesiones debido a la gran prosperidad económica y fue en la década de los 70, en otra profunda recesión, en la que se reactivó el estudio del ciclo económico.


Hay diferentes creencias o doctrinas, que respaldan las actuaciones de los gobiernos respecto las crisis. Las Keynesianas, que sugieren que el gobierno debe de actuar sustituyendo la demanda privada o las teorías más liberales, que sugieren que la libertad económica debe ser tal que sea el propio sistema el que corrija sus imperfecciones.


En el ciclo económico existe una relación entre el crecimiento económico, el crédito y los errores de inversión que se suceden en las fases alcistas del ciclo económica. En función del nivel de abuso especulativo y absurdidad económica, se genera una burbuja con su posterior explosión y destruyendo el valor ficticio y real creado en el movimiento expansivo precedente.



La expansión económica saludable, deberá respaldarse en el ciclo económico precedente por el ahorro voluntario. El ahorro forma parte del esfuerzo y del trabajo, dos valores inexorablemente unidos al ciclo económico. La falta de sacrificio, respaldada por el crédito masivo tiende a dirigir la economía hacía el camino especulativo, buscando la sobrevaloración en los precios de los activos, que son distorsionados como consecuencia de los bajos tipos de interés y un excesivo capital circulando en los mercados financieros.

Este exceso de liquidez provoca una sobreutilización de capacidad de los bienes de capital, que a su vez provoca una acomodación natural de los tipos de interés a un nivel digamos no artificial, generalmente muy superior al marcado por los bancos centrales. La actuación correctiva de los bancos centrales, se orienta a suplir la falta de crédito provocada por el estallido de una burbuja financiera a su vez, provocada por la ulterior inyección de capital previa del estado. Esta sucesión irremediable de inyecciones de liquidez, termina creando un crecimiento ficticio que tiende a corregir con severas recesiones y estrangulando el crédito barato y provocando que las TIR de las inversiones, rentables gracias a los precios inflados, dejen de ser rentables y eso provoca la quiebra de algunos agentes económicos y el sistema se corrige de les decisiones erróneas de inversión.

Pasado
Podríamos remontarnos a finales de la década de los 70 para entender que está sucediendo en nuestro sistema. Justo cuando en época de Richard Nixon se decidió liquidar el patrón oro (intervención del estado), el dinero entraba en la fase de barra libre total. La capacidad del estado de imprimir dinero se convertiría en ilimitada. Fue entonces cuando el oro dejó de ser un activo monetario perse, y empezó a cotizar en los mercados como un termómetro de la inflación. Si bien es cierto que todavía se considera un activo monetario, no cabe duda de que desde época de Richard Nixon, el patrón oro dejó de ser el verdadero motor de la liquidez mundial. Este grave error, se ha retroalimentado de la mano de dos presidentes de la FED, como Alan Greenspan y Ben Bernanke. Podríamos dar un salto y pasar de este hito, hacia el crash de 1987. En 1987, un grave crack bursátil y el posterior pánico de revivir una nueva gran depresión, provocó las inyecciones de capital de Alan Greenspan para salvar el sistema. Esta excusa y el miedo al colapso, se ha instaurado en nuestra sociedad como algo prácticamente doctrinal. Lejos de entender que la solución a la crisis pasa precisamente por dejar que el propio mercado sea el que corrija las inversiones erróneas provocadas en auges económicos, con dosis de humildad, el estado, en este caso alimentado por la FED, inyecta nuevamente liquidez para salvar el sistema. Esta conducta cortoplacista, se instaura en nuestra sociedad dejando de lado por una parte los valores del esfuerzo y el sacrificio y por otro lado, la humildad de reconocer los errores, sufriendo las consiguientes quiebras provocadas por decisiones empresariales erróneas.
Siguiendo éste esquema, el mercado empieza un auge de expansión económica y crediticia, que lleva a los mercados a dos hitos muy importantes, que marcarán el cambio cultural y las posteriores consecuencias en la crisis de 2.008. Por un lado tenemos el rescate del fondo Long Term Capital Management. El prestigioso fondo de inversión, gestionado probablemente con el equipo de mayor talento y coeficiente intelectual que jamás hay existido en la historia de la humanidad, premio Nobel incluido; quebró, debido única y exclusivamente al apalancamiento financiero. Una decisión humana errónea, junto con el abuso del capital especulativo -logró rentabilidades artificiales- terminó con la quiebra del fondo. En ese momento el estado, lejos de dejar que el propio sistema fuera el que corrigiera la decisión errónea de inversión, inyectó liquidez salvando al fondo y dejando que el mundo pudiera seguir creciendo de una forma frágil y meramente artificial, degenerando en la posterior burbuja de las .com.

El otro hito que marcará el devenir del siglo XXI son las entidades semipúblicas hipotecarias, Fannie Mae y Fredie Mac. Gracias al intervencionismo estatal y a la mano salvadora y redentora de la FED, los bancos entraron en una espiral perniciosa. Lejos de ver riesgos en el excedente crediticio basaron el auge económico en una generación ilimitada de crédito.

Los errores del pasado en forma de complacencia, provocada en parte por las intervenciones del estado y en parte por las entidades financieras, provocaron la crisis financiera más grave de la historia. La creación de productos derivados y la colocación de deuda como producto de inversión, provocó que el crédito, en lugar de fluir hacia la economía productiva, circulara hacia economía especulativa. Los fondos de inversión compraban la deuda a las entidades financieras, de esta forma, las entidades financieras lograban convertir el activo en pasivo en sus balances. La codicia provocó que las entidades hipotecarias Fredie Mac y Fannie Mae se convirtieran en empresas colocadoras de hipotecas, más que en empresas financieras. La locura derivó incluso en fondos apalancados que comprarían deuda a crédito. Este comportamiento irracional, comparable a lo que antaño supuso la Tulipomanía o la compañía de los mares del sur, terminó con la aniquilación de los bancos de inversión, siendo lo más destacable la desaparición de tres de los denominados big five de Wall Street: Lehman Brothers quebró, Bear Stearns regalado a JP Morgan y Merrill Lynch absorbidos por Bank of America. Goldman Sachs y Morgan Stanley, lograron sobrevivir.
La aniquilación masiva de valor, provocada por la irracionalidad en las inversiones en el auge económico, provocó una crisis financiera severa de consecuencias inimaginables. El mercado de crédito se colapsó y el crédito dejó de existir. La producción industrial, el comercio marítimo, la inversión se saturó gravemente en cuestión de semanas. El sistema sufrió un colapso no visto desde la década de los 30 del siglo XX. El credit crunch, provocó la ejecución masiva de créditos provocando un colapso en los precios de los activos y la exigencia de colaterales sumió a los mercados financieros en una espiral de ventas y pánico, jamás vista por nuestra generación.

Presente

Gracias a la degeneración que ha sufrido el crédito desde época de Nixon, el sistema ha derivado hacia un modelo erróneo de crecimiento. El sistema no ha sabido corregir sus ineficiencias y en lugar de ello ha seguido un crecimiento económico basado en el crédito artificial y no en el ahorro y el trabajo. Probablemente los alemanes, han sido la única economía que ha sabido alejarse de los cantos de sirena de la economía especulativa y ha logrado en el trienio de 2.009 a 2.011 el mejor escenario económico de los últimos 20 años, gracias al ahorro y la inversión en la economía productiva y la innovación.

La economía seca de liquidez, derivó hacia el intervencionismo más Keynesiano. En esta ocasión, las pérdidas provocadas por las malas decisiones de inversión dominantes en el ciclo alcista precedente, fueron corregidas. Sin embargo, la corrección en forma de pérdidas y quiebras recayó en gran medida sobre el contribuyente, nacionalizando los bancos. Esta actuación tan hipócrita, consistente en que sea el socialismo el que salve el sistema capitalista, curiosa paradoja, que no deja de asombrar a propios y extraños.

Con ello llegó la recapitalización bancaria y el famoso QE1. Las primeras medidas cuantitativas, lograron salvar el sistema financiero. Los bancos aprovecharon los fondos públicos en forma de 800 billones de USD para recapitalizarse, encubiertos por la famosa Hope, en que fue instaurada la opinión pública, con la elección de Obama y su “yes we can”. Llena de esperanza, la caja de los bancos se llenó de dólares. Ben Bernanke, conocido como helicopter Ben, pudo poner en marcha sus ambiciones, en un guión propio de Hollywood. Inundar los mercados de liquidez al son del, “yes i can”. El objetivo del QE1 era evitar el colapso y provocar que el crédito llegara al sistema productivo, recuperando el efecto riqueza gracias al a subida artificial, nuevamente, de los precios de los activos y recuperando la tasa de paro, con una economía poco sólida, nuevamente no basada en el ahorro y la inversión.

Lejos de llegar al contribuyente el crédito llegó al capital de los bancos. Los bancos, lograron grandes beneficios, tomando prestado dinero público al 0% y invirtiéndolo en deuda pública al 1.50%, mientras la opinión pública era sometida a la refundación del sistema capitalista de Sarkozy y a la aparición del estado como ente redentor y salvador.

Tras lograr grandes beneficios públicos, los bancos lograron privatizar nuevamente su capital social, mientras la tasa de paro seguía creciendo sin parar, al mismo tiempo que lo hacían los déficits de los estados. Tras el fracaso del QE1, Bernanke asombrado de su poder, no escatimó en gastos e implementó el QE2. El QE2 consistía en 600 billones de USD más y 2 puntos clave.

Una vez recuperado el precio de los activos bursátiles, su intención sería recuperar el mercado inmobiliario para crear el efecto riqueza necesario, para que el consumidor americano decida dejar de ahorrar y volver a pedir créditos para consumir. No deja de ser coherente esta decisión, más sabiendo que el incremento de consumo y el crédito es lo que va a sacar de la crisis a la economía. Más consumo es sinónimo de más inversión por parte de las empresas y más puestos de trabajo. Mejorar la tasa de paro y recuperar el mercado inmobiliario es la obsesión de Bernanke. Sin embargo, estas actuaciones tienen graves consecuencias. Como hemos visto el abuso de crédito en la época de auge genera burbujas en los precios de los activos, con su posterior estallido y pérdida de valor.



En Europa, por otro lado, las medidas han sido bien diferentes. El mandato del BCE es controlar la inflación; distinto del mandato de la FED, que es vigilar la inflación y el crecimiento. Por este motivo es difícil pensar que el BCE inunde de liquidez los mercados.

Trichet influido por una economía germana que vive el mejor ciclo económico probablemente desde el fin de la segunda guerra mundial, no ha sido tan drástico como Bernanke. En Europa las medidas han sido más largoplacistas y se centran básicamente en reformas estructurales de las economías periféricas. Reducir el déficit y reducir la deuda es el objetivo de los estados miembro. Para lograrlo; sufrimiento de los contribuyentes, privatizaciones y un camino lleno de peligros pero que fortalecerán a largo plazo, sin lugar a dudas Europa.

Sin embargo, no todo son buenas noticias. Una vez más las medidas intervencionistas provocaron errores. A corto plazo el riesgo de default es evidente. Los CDS de la deuda de Grecia cotizan en máximos históricos y las agencias de rating, han reducido su nota a CCC, un escalón por encima de Selective Default. Grecia está técnicamente quebrada, digan lo que digan y hagan lo que hagan, en parte por una mala gestión de sus gobernantes y en parte por una mala decisión del BCE y del FMI. Los efectos correctivos de la propia economía nos indican que Grecia debería corregir sus decisiones erróneas de inverión quebrando. La quiebra de Grecia debería de afectar a su vez a los tenedores de deuda Griega. Eso provocaría una reacción sistémica, que a su vez podría provocar la quiebra de otros países como Irlanda, Portugal y en menor medida España. Estas medidas correctivas como decíamos, sirven de lección para los inversores que han tomado decisiones erróneas y sientan las bases para el futuro desarrollo, del ciclo económico alcista.

Como decíamos, la economía es pensamiento, cultural más que científico. Por eso una economía basada en valores como el esfuerzo y el sacrificio, es una economía sólida que crece sin abuso del crédito. Alemania es ejemplo, ahorro e inversión han convertido a los alemanes en una economía que lejos de lanzarse encima de la burbuja inmobiliaria, ha centrado sus esfuerzos en el trabajo, la inversión productiva, la innovación y el ahorro. Este es el camino europeo y no otro. A corto plazo, el sufrimiento evidente de Europa se muestra en las bolsas, con un evidente spread con la bolsa americana. Sin lugar a dudas el QE2, impulsó los mercados americanos a partir de noviembre de 2010 a niveles de máximos históricos; mientras que el mercado europeo ha permanecido en un soporífero mercado lateral de dos años.

Conclusiones

El futuro se adivina complejo y determinante. La respuesta la veremos durante el mes de junio. Los mercados nos sugieren que los inversores están tomando beneficios en forma de corrección bursátil. Es probable que los mercados no logren batir sus resistencias mientras no se resuelva que hará la FED. Si Bernanke inyecta más liquidez en el mercado, las bolsas seguirán subiendo de forma totalmente adulterada, alimentando todavía más la burbuja financiera bursátil, con el consiguiente estallido y pérdida de valor. En Europa, se adivina una solución en Grecia, que pasa por alargar los plazos de vencimiento de la deuda, negociar un tipo de interés competitivo e implicar el sector privado en la refinanciación. Con esto se pretende aliviar a corto plazo los mercados, para que Grecia pueda seguir su programa de privatizaciones y reformas estructurales.

En cuanto a los mercados financieros, se adivina un futuro incierto. Por un lado tenemos un escenario alcista, que pasa por un nuevo paquete de ayudas por parte de la FED y solución Griega. En este sentido, deberíamos de asistir a una subida manifiesta de los precios de los activos, como el mercado de renta variable -especialmente Europa- y materias primas, especialmente petróleo, oro y plata y continuación del desplome del billete verde en el mercado de divisas.

El escenario bajista, pasaría por una FED que decide no inyectar más liquidez en los mercados y unos indicadores adelantados que muestren que la desaceleración vigente, apunta nuevamente a recesión. Todo ello junto con la quiebra de Grecia. Este hipotético escenario, implicaría el traslado de la crisis soberana a los EEUU, con el consiguiente crash sistémico. El impago Griego provocaría la quiebra de los tenedores de deuda Griega, entre ellos bancos, países y el BCE. La quiebra de bancos, provocaría probablemente un credit crunch que secaría el mercado de crédito. Curiosa paradoja, un mercado inundado de liquidez y su vez, un mercado de crédito seco. En EEUU los datos de déficit, tasa de paro y deuda, no son mucho mejores que los de por ejemplo, España. La diferencia entre una economía y otra, es que EEUU crece a buen ritmo- Eso sí, con una economía adulterada.

Si la demanda privada no logra sostener la demanda pública y EEUU entrara en recesión, las agencias de rating se verían obligadas a rebajar la calidad crediticia de los EEUU y los CDS experimentarían una espiral alcista de consecuencias muy graves sociales, políticas y por supuesto, económicas.

Finalmente el escenario neutral pasa por el fin de las medidas cuantitativas por parte de la FED y la solución de Grecia. En este caso, si los indicadores adelantados nos mostraran, que efectivamente la demanda privada logra mantener el crecimiento anémico de la economía, significaría el triunfo de Bernanke y el inicio de un panorama altamente inflacionario. Además, se podría dar el caso de que las subidas de tipos de Trichet, más la retirada del programa de estímulos de la FED, lograsen frenar la escalada de precios de la energía, a corto plazo. Eso implicaría tener unos mercados laterales y muy volátiles, a la espera de nuevos datos de crecimiento global, con la esperanza de que la inversión se recuperara y la tasa de paro se redujera, para poder ver al fin, la salida de la peor crisis financiera desde 1929.

Marc Ribes Estrella
Director de Estrategia
Activotrade


?