El plan en cuestión no prevé el cierre de plantas en Europa, el gran temor de los 56.000 trabajadores que emplea la compañía en el Viejo Continente, y tampoco los despidos forzosos."Apoyamos este plan de futuro porque perfila una empresa con un gran potencial", afirmó el presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz, con asiento en el consejo de supervisión.

Forster explicó que el origen de la transformación jurídica y de negocio de Opel está en "que las dificultades de General Motors se han visto acentuada por la crisis del sector, lo que hace imposible que pueda prestarnos la ayuda que Opel requiere". No obstante, hasta que la nueva sociedad Opel se desarrolle y pueda diseñar sus propios productos, la compañía mantendrá un pie en Detroit para "no perder comba en la investigación y posiciones en el mundo globalizado".

"Contar a nivel tecnológico con un gran consorcio es una ventaja", subrayó el responsable de GM Europa.Informó de que la nueva empresa parte con una necesidad de capital de 3.300 millones de euros (4.158 millones de dólares), monto que no necesariamente deberá asumir en solitario el Gobierno alemán pues "esa cifra incluye todo el negocio europeo".

Forster dejó así la puerta abierta a un reparto de la carga, ya sea en liquidez o en garantías del Estado, a los países donde Opel está presente, entre ellos España, o incluso la Comisión Europea. "Opel será una empresa europea y yo lo veo como una cosa de los Veintisiete", apuntilló Forster en referencia a los Veintisiete miembros de la Unión Europea. La conversión de Opel en una sociedad anónima hace posible la participación en la misma de inversores privados.

Según informó hoy el diario "Financial Times Deutschland", el consorcio Daimler estaría interesado en adquirir una de las plantas de Opel en Alemania, concretamente Eisenach (este). Esa planta, fundada en 1992, cuenta con una plantilla de 1.700 trabajadores, la más pequeña de Opel en Alemania, y en esa se realiza parte del montaje del modelo Corsa. Forster informará telefónicamente hoy del plan de futuro de Opel al ministro de Economía alemán, Karl-Theodor zu Guttenberg, y el lunes lo presentará oficialmente al Gobierno.

Guttenberg lo discutirá durante el fin de semana con los primeros ministros de los Estados federados de Hessen, Renania del Norte Westfalia, Renania Palatinado y Thüringen, donde se ubican las cuatro plantas de Opel en Alemania. Opel también formará parte de las conversaciones del consejo extraordinario que mantendrán el domingo en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. General Motors, emplea en Europa a 56.000 trabajadores a través de las marcas Opel, la británica Vauxhall y la sueca Saab, que la semana pasada se declaró insolvente.

El hundimiento de la empresa y de sus filiales europeas se haría notar en Alemania, Reino Unido, Bélgica, Polonia, Suecia y España. La urgencia está en las cifras: General Motors, que sobrevive con una ayuda del Gobierno estadounidense de 13.400 millones de dólares, registró el pasado año pérdidas por valor de 30.900 millones de dólares, incluidos 2.800 millones de sus divisiones europeas. La facturación en el mercado europeo cayó un 40%, hasta los 6.400 millones de dólares. General Motors había anunciado el despido de hasta 26.000 trabajadores en Europa, casi la mitad de la plantilla, y no descartó el cierre de algunas fábricas.