Obama ha pedido a su asesor económico, Larry Summers, que le prepare una sesión informativa diaria sobre la evolución de la crisis y "las noticias no son buenas", pues aumentan las pérdidas de empleo y continúa la inestabilidad del sistema financiero. El plan de estímulo, con el que la Casa Blanca quiere dar un impulso a la economía mediante la inversión en infraestructuras y nuevas tecnologías y recortes de impuestos, representa "una tarea pesada" pero es necesaria, indicó en su reunión en la sala Roosevelt de la residencia presidencial. El Congreso, subrayó, continúa sus negociaciones para sacarlo adelante y está "en el buen camino" para aprobar el plan antes del 16 de febrero. No obstante, indicó que la aprobación del plan representa sólo una parte de la solución a los problemas económicos actuales. A su juicio,
es necesario una reforma completa del sistema para introducir nuevos mecanismos de transparencia y de rendición de cuentas.

Al tiempo que se aprueba el plan de estímulo, afirmó, su Gobierno estudiará "cómo podemos avanzar de manera rápida y enérgica" para facilitar esa transparencia. Entre los participantes en la reunión se encontraban los líderes demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y del Senado, Harry Reid, así como los republicanos John Boehner y Mitch McConnnell. Pelosi ha prometido presentar a votación el plan de estímulo ante la Cámara de Representantes antes del día 28. Los republicanos reclaman mayores recortes impositivos y dudan de que los cerca de 500.000 millones de dólares que se emplearían en la inversión en infraestructuras y tecnologías se puedan gastar lo suficientemente rápido como para beneficiar a la economía.