Se trata de la mayor caída desde el 'martes negro' del pasado 27 de febrero, aunque no la única, como la sufrida a finales de enero. Los parqués de todo el mundo notaron, en su momento, las distintas crisis del mercado bursátil asiático.Mientras el índice general de Shanghai experimentó al cierre de su última sesión una caída de un 8,26%, la mayor desde el 'martes negro' del pasado 27 de febrero, el índice de Shenzhen cayó un 7,76%.Numerosos inversores se apresuraron a vender sus títulos, en un ambiente marcado por el miedo a que las autoridades chinas puedan estar preparando nuevas medidas de intervención en su recalentado mercado de valores, lo que ha provocado uno de los desplomes más fuertes vividos por ambas bolsas.El índice general de Shanghai, que hasta la entrada en vigor de la medida oficial, el día 30, había acumulado una serie de máximos históricos, culminados en los 4.335 puntos, cerró esta última jornada en 3.670 enteros.En Shenzhen, cuyo máximo fueron 13.456 unidades, cerró en los 11.468 puntos.La nueva caída experimentada viene desencadenada por una medida del Ministerio de Finanzas diseñada para enfriar el mercado. La iniciativa triplicó el coste impositivo de las transacciones de valores, lo que provocó que la capitalización conjunta de ambas bolsas descendiera en un 5% entre el 25 de mayo y el 1 de junio.El miércoles 30 de mayo, por sorpresa, se puso en marcha la medida gubernamental. El ministerio lo había negado seis días antes, de modo que registraron una fuerte sacudidad.Un día después, las dos bolsas parecieron recuperarse de su desplome, y cerraron con leves ganancias, pero el viernes, 1 de junio, ante el temor de nuevas medidas gubernamentales, hubo de nuevo fuertes caídas, de un 2,65% en Shanghai y un 3,92% en Shenzhen.Esta crisis ha supuesto una disminución en la capitalización de los dos mercados de 918.800 millones de yuanes (89.320 millones de euros), de modo que al cierre de la sesión del pasado 1 de junio su valor era de 17.210 billones de yuanes (1.673 billones de euros).