No obstante, considero que hay que ir punto por punto y seguir referencias expresas escritas en lacartadelabolsa Así, el Catedrático y bestseller Santiago Niño Becerra piensa, escribe hoy en lacartadelabolsa que “nuestro modelo, el que hemos estado utilizando, el aún en vigor, nació ya con los genes de su agotamiento (esto les suena, ya, pero la revolución obrera no tiene nada que ver aquí). Para crecer hacía falta consumo, para continuar creciendo hacía falta más consumo, pero la renta era insuficiente y sólo podía crecer en función de la productividad, por lo que la deuda fue la única solución; pero la capacidad de endeudamiento acaba llegando a su máximo, a su tope...”

“...Además, al ir aumentando la capacidad productiva y al hacer eso todos los entes fabricantes, había que aumentar la productividad a fin de rentabilizar esa capacidad, pero cuanto más se profundizaba por esa línea más tenía que crecer la capacidad de endeudamiento, pero cuanto más aumentaba la productividad más factor trabajo era excedentario por lo que la renta media tendía al decrecimiento y, con ella, el consumo...”

La amenaza de la deflación no es nueva. BBVA ya advertía hace más de un año">BBVA ya advertía hace más de un año de que los riegos de deflación en el conjunto de la zona euro eran “significativos” y afirmaba que, si se producían ‘shocks’ adicionales, podrían registrarse nuevas caídas de precios a lo largo de 2010 en los diferentes países. Según constaba en el informe ‘Panorama económico y financiero global’, este riesgo exige la implementación de políticas “no convencionales” en volúmenes “muy elevados” para intentar mitigar la “difícil situación”. En este sentido, el BBVA consideraba que la estabilidad de precios debería ser prioritaria, aunque recuerda que el rango de instrumentos tendrá que ser flexible dada la heterogeneidad dentro de los países de la Unión Económica y Monetaria (UEM). La entidad financiera creía que las respuestas de política monetaria y fiscal que han dado los países a la crisis son “significativas” y presentan un alto grado de coordinación, pero alerta de que en algunos mercados y sectores permanecen abiertas algunas incertidumbres...”

Y un libro que refleja con exactitud el fenómeno">Y un libro que refleja con exactitud el fenómeno: La Burbuja y la Crisis Económica de Japón”, D. Antonio Torrero. Editorial Témpora. Nº de páginas: 210, porque hay tintes de hoy idénticos a los de entonces. José Luis Campos Echeverrí­a (Miembro del Consejo editorial de la revista “Análisis Financiero") hizo hace tiempo un resumen encomiable. Dice que Antonio Torrero analiza lo que es probablemente la mayor burbuja de la historia, la japonesa, que fue a la vez mobiliaria e inmobiliaria. Examina la génesis de la formación de dicha burbuja y las consecuencias del estallido de la misma desde la perspectiva del crecimiento japonés para el periodo 1950-2000; treinta años de gran crecimiento en tasas fuertemente decrecientes en cada década y una década final larga de estancamiento.

Un estudio centrado en el componente financiero de este proceso, en el que la banca ha jugado un papel esencial, con las referencias especificas del entramado institucional japonés (primací­a de lo laboral en el gobierno de las empresas frente a los accionistas y los beneficios, dependencia de un Banco Principal que es a la vez prestamista y accionista frente a los mercados, fuertes interrelaciones empresariales de propiedad, los llamados Keiretsu, y el alto intervencionismo de los burócratas en las empresas con altos intereses en las mismas).

Dichos rasgos especí­ficos considerados como motores de una larga prosperidad, se convirtieron en el gran inconveniente para gestionar la crisis, ya que la misma implicaba unas actitudes totalmente contrarias a los principios y actitudes japonesas. Claridad informativa, capacidad rápida de decisión, ajuste laboral, voluntad polí­tica y apoyo de la opinión pública en el salvamento de bancos, coordinación entre y polí­ticos técnicos y entre estos últimos entre si., Parlamento, Ministerio de Economí­a y Banco Central de Japón. Los estudiosos dicen que un aspecto clave en el libro lo constituye el inicio de la liberalización financiera en 1973, con la crisis del petróleo, y la apertura de un mercado de Deuda Pública que se extendió a todo el mercado de renta fija al que acudieron las grandes empresas tradicionales clientes de la banca, forzando a la misma a asumir fuertes posiciones especulativas con empresas domesticas, principalmente inmobiliarias y de la construcción, lo que fue determinante en la creación de la burbuja inmobiliaria..."

Fuente: www.lacartadelabolsa.com