Las tensiones han vuelto a instalarse sobre la capacidad de solvencia nacional en base a una serie de aspectos:


- En primer término, el Banco de España ha confirmado la recesión. La afirmación contenida en el boletín mensual correspondiente a marzo del Banco de España no contiene cifra alguna, pero el significado es diáfano: puesto que el PIB se contrajo un 0,3% en el último trimestre de 2011, el hecho de que haya vuelto a caer entre enero y marzo certifica que España está en recesión.

- Otro aspecto a tener en cuenta son las palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos, en las que reconocía que España cerró el mes de febrero con un déficit del 1,94% sobre el Producto Interior Bruto, hasta 20.668 millones de euros, un 49% más que en enero. El Gobierno justifica la elevada desviación a los adelantos de transferencias a las comunidades autónomas, anticipos a la Seguridad Social y a una mayor devolución de los impuestos.

-Bruselas llama a un saneamiento urgente de la banca. Alto funcionario de la Comisión Europea reconoció a un grupo de periodistas españoles que acudir al fondo de rescate para sanear el sistema financiero es una posibilidad para España. Las otras dos serían recurrir capital público o al capital privado, ambas consideradas muy complicadas por estas mismas fuentes.

- Los países ricos saltan al terreno de juego. El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, Ángel Gurría, ha pedido a la UE que apruebe un fondo de rescate superior al billón de euros que actúe como "cortafuegos" para que los especuladores actúen sobre aquellos países con problemas. Dice asimismo que España "está haciendo los deberes".