Para la institución financiera europea no ha llegado todavía la hora de bajar el precio del dinero. "El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, expresará sus preocupaciones crecientes sobre la economía", estimó Jorg Kramer, economista jefe de Commerzbank. Pero ésta será su única concesión. "Paralelamente, advertirá de los riesgos de inflación, como hizo en enero, y subrayará que el BCE está dispuesta a actuar" para ponerles freno, según este experto. La tasa de inflación anual alcanzó el 3,2% en enero, lo cual alimentó los miedos ante una pérdida de poder adquisitivo en Europa. Los sindicatos, sobre todo alemanes, ven en este dato una legitimidad suplementaria a su reivindicación de subidas en los salarios.Pero el BCE, que
considera que los precios están bajo control cuando aumentan en torno al 2% a medio plazo, teme que haya una espiral de inflación alimentada por los salarios.Basándose en la defensa de su misión principal, que es garantizar la estabilidad de los precios, el BCE se limitará a advertir el jueves, según Holger Sandte de la consultora WestLB.Sin embargo, las palabras parecen ser el arma principal de Trichet. En este momento en que los tipos bajan en Estados Unidos por miedo a una recesión que ya desestabiliza las perspectivas de la zona euro, una subida de los tipos en Europa parece imposible.La firmeza del BCE hará que las presiones políticas para que baje los tipos aumenten
en las próximas semanas. Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, que reúne a los ministros de Economía de 15 países de Europa, ya subrayó que la diferencia entre los tipos de Estados Unidos y Europa es algo preocupante.El Banco Central estadounidense, la Fed, ya realizó en ocho días una reducción total de 1,25% en sus tipos de interés, que están situadas actualmente en 3% anual. La puerta está abierta a otras bajadas de los tipos, motivadas por el miedo a una recesión en el país.Mantener la tasa europea en 4% mientras la estadounidense disminuye implicará un aumento del valor del euro, lo cual torna más caras las exportaciones del Viejo Continente.El BCE no podrá nadar eternamente a contracorriente. La crisis hipotecaria en Estados Unidos ha enturbiado el panorama económico mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó ya a la baja sus previsiones de crecimiento para 2008.Cuando los signos de deterioro de la actividad económica sean claros en la zona euro y la preocupación por la inflación se convierta finalmente en un mal menor, el BCE deberá comenzar a bajar los tipos , según los economistas, algo que podría ocurrir en el segundo trimestre del año.