El banco que preside Manuel Menéndez ha asumido en el tercer trimestre del año el impacto de la aceleración de su reestructuración. Con ello se elevan las coberturas desde el 40% al 50% y se registra el impacto de la reducción de 602 millones de euros de activos inmobiliarios realizada a través del acuerdo con Bain y con Oceanwood, según señala la entidad en sus cuentas presentadas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Liberbank última una ampliación de capital de 500 millones de euros para recuperar la confianza del mercado, ya que hasta ahora necesita la protección de la CNMV para evitar los fondos cortos en su accionariado por los “ataques especulativos”, según denunció la entidad tras la caída del Banco Popular. Los grandes accionistas de la entidad, entre los que se encuentran las fundaciones de las cajas que dieron lugar al banco, el fondo Oceanwood, la familia Masaveu o el empresario mexicano Ernesto Tinajero (Aivilo Spain), ya han anunciado que acudirán a la ampliación y cubrirán al menos 200 millones, según adelanta Expansión.

Así las principales magnitudes del banco presentan evoluciones negativas hasta el tercer trimestre del año, como su balance. El margen antes de dotaciones cae un 56,4%, desde 418 millones logrados en 2016 hasta los 182 millones de euros hasta septiembre. El margen bruto también cae un 32,9% y el margen de intereses un 10,7%.

Algunos de los pocos parámetros positivos que presenta la entidad, que es fruto de la fusión entre Cajastur, Caja Extremadura, Caja Castilla La Mancha y Caja Cantabria, es el mantenimiento de los ratios de solvencia por encima de los requerimientos regulatorios, con un CET 1 del 10,3 por ciento y un capital total del 12%.

Las tasas de morosidad y de activos improductivos continuaron su acelerado proceso de reducción. La mora se situó en el 10,5% a 30 de septiembre de 2017, con una bajada en el último año de 571 puntos básicos y una reducción de dudosos de 1.499 millones de euros.

Liberbank también da cuenta en sus resultados de la caída de empleados y oficinas, un proceso que está siguiendo el resto del sector. Entre los nueve primeros meses de 2016 y el mismo período de 2017, la entidad ha recortado su plantilla un 15,5% desde los 5.096 hasta los 4.305 empleados actuales. El banco cerró un ERE en junio con 525 bajas incentivadas. El ritmo de cierre de oficinas ha sido de un 21% y los cajeros caen un 1,6% en la variación interanual.

Las acciones del banco caen un 0,3% en el mercado continuo hasta los 0,73 euros por acción.

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