Mayayo explicó que el año 2009 estará caracterizado por un descenso de los tipos de interés, que afectará "positivamente" a los titulares de un préstamo hipotecario, ya que si se mantiene el nivel de tipos actual, todos los préstamos a tipo variable y cuota constante --que suponen aproximadamente el 90% de la cartera viva-- contratados antes de 2009 tendrán "unas cuotas anuales de amortización inferiores o muy inferiores a las que pagaron inicialmente".

No obstante, advirtió de que, aunque el recorte de tipos de interés producirá una mejora de las condiciones de acceso a la financiación para la adquisición de una vivienda en propiedad, en 2009 se producirá una mayor inhibición de la demanda por el incremento de los riesgos derivados del deterioro de la economía, como el paro o las insolvencias.

Mayayo señaló que el principal factor de riesgo y estrés presupuestario de las familias se desplazará del tipo de interés al paro.

En este sentido, la AHE considera que las actuales previsiones de evolución de paro --que podría alcanzar los cinco millones de desempleados-- representan una "amenaza muy grave" para todas las familias con riesgo de verse afectadas.

Por el contrario, Mayayo auguró que las personas que hayan adquirido una vivienda en los últimos diez años y no tengan riesgo de quedarse en paro --refiriéndose por ejemplo a los funcionarios o los empleados de empresas sólidas-- van a tener "un año dulce", ya que van a tener más renta bruta disponible y consolidarán su patrimonio.

Asimismo, aquellas personas que tengan la intención de adquirir una vivienda y no estén en riesgo de quedarse en paro "encontrarán un escenario hipotecario realmente satisfactorio", pues tendrán a su disposición una "oferta inmobiliaria histórica" en España y los tipos de interés para la financiación hipotecaria "más bajos de los últimos 50 años".

El presidente de la AHE consideró que esta "dicotomía en la sociedad" se irá agravando este año a medida que avance el paro, y afirmó que se mantendrá para 2010.

Preguntado sobre las medidas a tomar para superar la actual situación, apostó por un trato fiscal "favorable" que permita la adquisición de más viviendas y por una reforma legal que acabe con el riesgo de interés estructural, de modo que haya mayor coexistencia entre los tipos de interés fijos y variables.