En su último informe financiero, la IATA constata que los mercados financieros se muestran "optimistas" respecto a la evolución del sector aéreo, en comparación con el aumento del 6% del índice general del FTSE, aunque destaca que las aerolíneas europeas han sido las más perjudicadas por la crisis y han visto cómo sus acciones sólo se han revalorizado un 4%.

Para la asociación, los beneficios de explotación durante el primer trimestre en las aerolíneas estadounidenses son "una buena señal para la mejora de los rendimientos financieros previstos para las aerolíneas en 2010".

Durante el primer trimestre del año, el tráfico de pasajeros aumentó un 9% y el volumen de carga creció a un ritmo del 26%. No obstante, la IATA destacó que este crecimiento ha sido muy diferente según los mercados, siendo más débil en Europa, región en la que la nube de ceniza ha mermado un 4% del volumen de tráfico en abril.

"Las aerolíneas están incrementando de nuevo su capacidad en las rutas internacionales, así como en los mercados de carga aérea, pero todavía a un ritmo mucho más lento que la expansión de la demanda", señaló.

De esta forma, la oferta se incrementó un 2% en marzo, frente a un aumento de la demanda de viajes en torno al 10%. Mientras, la capacidad de carga se incrementó 5% en comparación con un crecimiento del 28% de la demanda.

Según las previsiones de la IATA, la capacidad crecerá un 5% este año, teniendo en cuenta que la oferta de largo recorrido no está al nivel esperado todavía, debido a la incertidumbre sobre las 1.400 entregas de aviones previstas para 2010. No obstante, estimó que la flota aumente en torno al 4%.

En cuanto a los precios de los billetes, destacó su incremento "significativo", que cifró en un promedio del 10% la subida de las tarifas en clase economista por encima de sus valores mínimos, y en un 15% el aumento en clase 'business'. No obstante, indicó que estas cifras está sólo a mitad de camino de los niveles alcanzados a principios de 2008.

La IATA justificó este incremento al endurecimiento de las condiciones del mercado, pese a la estabilización de la demanda, tanto en el tráfico de pasajeros como en el de mercancías, a una mejora de la ocupación con respecto a la capacidad ofertada y al incremento del precio del crudo.