A pesar de que todas las miradas están puestas en la reunión que mantendrá el cártel el próximo miércoles, las esperanzas de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo(OPEP) incremente su producción para moderar la cotización del crudo pierden fuerza. Venezuela e Irán han dejado constancia de su negativa a tal posibilidad y el precio del barril cayó el lunes a su menor nivel en cinco semanas, por debajo de los 87 dólares, lo que podría invitar a los miembros de la OPEP a mantener el status quo.No obstante, el ministro saudita de petróleo, Ali Al Naimi, líder de facto de la OPEP, declaró a su llegada al palacio de la capital de Emiratos Árabes Unidos, donde tendrá lugar la reunión que "ahora es muy prematuro decir cuál será la evaluación' de los 13 ministros del cartel.'Aún no hemos estudiado la información. Mañana (martes) y el día siguiente tendremos la oportunidad de mirar toda la información y decidir', añadió en el lobby del lujoso hotel-palacio, de un kilómetro de largo por medio kilómetro de ancho, donde una habitación simple sin desayuno cuesta 700 dólares.
'La cancha está abierta a todo', sentenció.El cartel quiere evitar a toda costa inundar de crudo un mercado que ya considera bien abastecido, y donde la disparada de los precios obedece en su opinión a factores que le son ajenos, como la especulación, la debilidad del dólar y las tensiones geopolíticas.'El colapso de los precios de la semana pasada puede ser visto como un menor incentivo para que Arabia Saudita presione a favor de un nuevo alza de la producción, pero se debe recordar que sorprendieron a todos al auspiciar un aumento de 500.000 barriles diarios en la reunión anterior, el 11 de septiembre en Viena', dijo Olivier Jakob, de Petromatrix.Los mercados, no obstante, ignoraron el alza de la producción decidida en Viena y que entró en vigencia el 1 de noviembre, y los precios siguieron subiendo.'Aún existe bastante incertidumbre sobre qué hará la OPEP el miércoles (...) pero el mercado ya ha asimilado en los precios un eventual aumento de la producción', indicó Victor Shum, de la consultora de energía Purvin and Gertz.La OPEP teme asimismo abrir nuevamente sus grifos en momentos en que la economía de Estados Unidos, primer consumidor mundial, se desacelera a grandes pasos, y repetir la catástrofe que siguió a la crisis financiera asiática, cuando aumentó su producción un 10% y el barril cayó a 10 dólares en 1999.Pero dejar las cosas como están en Abu Dhabi puede implicar una nueva escalada de los precios a 100 dólares, lo cual puede terminar a su vez afectando la demanda de los países consumidores y perjudicando paradójicamente a la OPEP.Los analistas de la casa de corretaje Sucden estiman que un alza de la producción es ahora 'poco probable'.Bill Farren, analista de Meddley Global Advisers, coincidió, e indicó que un alza 'sería más una decisión de los países del Golfo' de índole político.Arabia Saudita, fuerte aliada de Estados Unidos, es prácticamente el único miembro del cartel con capacidad excedentaria y por lo tanto con poder real para influir en una decisión sobre la producción.Riad 'preferiría tener precios por debajo de los 80 dólares el barril', afirmó Farren, pero 'los sauditas ya están produciendo más de que lo deberían', apuntó.Las últimas cifras indican que Riad produce 9,1 millones de barriles diarios (mbd), cuando su cuota oficial es de 8,94 mbd, según Farren. Naimi afirmó el lunes que la producción actual es de 9 mbd.