Esto provocaría irremediablemente un contagio de la debilidad financiera hacia esta región. "La propiedad extranjera de los sectores bancarios domésticos ha sido una fortaleza en países de la Europa Central y Oriental, ya que los bancos extranjeros han demostrado su voluntad y capacidad para apoyar a sus filiales antes y durante la crisis financiera global", destacó en un comunicado el director asociado de Deuda de Fitch, Michele Napolitano.

Acorde con la agencia, las entidades de la zona euro podrían verse forzadas a "cortar la financiación a sus filiales en la Europa emergente más allá de los niveles garantizados por las condiciones locales".

Así pues, "un reverso en la financiación neta en la Europa emergente reduciría el crédito disponible y debilitaría el crecimiento del PIB en muchos países" de esta región, indicó Fitch.

Esta agencia calcula que, de momento, los préstamos de bancos con sede en la zona euro hacia filiales o socios en los países del este de la Unión Europea (UE) se mantuvieron estables, si bien la demanda de crédito bajó por la reducción del apalancamiento del sector financiero.