"Si la tasa de provisiones por pérdidas crediticias en la segunda mitad de 2008 simplemente continuara en 2009, el total para el conjunto de los 50 mayores bancos europeos se incrementaría en otros 50.000 millones de euros", augura el analista de S&P, Scott Bugie, quien además advierte de que se espera un incremento "más rápido" en 2009 ya que en muchos países europeos la tasa de pérdidas crediticias se duplicará este año.

Por otro lado, S&P reconoce que las múltiples medidas de emergencia para respaldar al sector puestas en marcha por los gobiernos y los bancos centrales han contribuido a "calmar a unos mercados financieros traumatizados".

De hecho, los analistas de la calificadora de riesgos señalan que sin el apoyo gubernamental, los 'ratings' de numerosas entidades europeas serían más bajos y apuntan que la futura situación crediticia de la industria bancaria europea "depende en gran medida" de los efectos presentes y futuros de las acciones de los gobiernos en diferentes frentes.

No obstante, la agencia considera que la mayor parte de las entidades del Viejo Continente continúa siendo "vulnerable" a un entorno económico deprimido, por lo que "la segunda fase de la recesión en el sector bancario europeo y global se caracterizará por pérdidas crediticias significativamente mayores".

De este modo, S&P señala que más de la mitad de los mayores bancos de Europa cuentan con perspectiva negativa en su 'rating' ante las pobres perspectivas de ingresos y el debilitamiento de los fundamentales del sector.

"Aunque las recientes noticias positivas en los mercados de crédito y renta variable y los resultados de algunos bancos en el primer trimestre suponen sierto ánimo, esperamos que el costoso proceso multianual de limpiar las cuentas dañadas será el elemento dominador en los resultados de las entidades a medio plazo", señala la agencia.

En particular, S&P advierte de las presiones sobre los 'ratings' de los títulos híbridos de algunas entidades, que podrían suspender pagos para preservar capital debido a los pobres resultados financieros del sector.


De cara al futuro, "la reestructuración del sector, el desapalancamiento de los balances y un entorno regulatorio más estricto darán como resultado un sector bancario mejor y más solvente", concluye Bugie.

Sin embargo, el analista advierte de que la senda desde los problemas actuales hacia un futuro potencialmente más estable no está exenta de dificultades, por lo que augura que "no todas las entidades sobrevivirán intactas al viaje".