Cuenta corriente
En abril de 2011, la balanza por cuenta corriente desestacionalizada de la zona del euro registró un déficit de 5,1 mm de euros (véase cuadro 1), como consecuencia de los déficits contabilizados en la balanza de transferencias corrientes (7,3 mm de euros), y bienes (4,1 mm de euros) que se compensaron, en parte, con superávits en la

balanzas de rentas (3,6 mm de euros) y de servicios (2,7 mm de euros).

En abril de 2011, la balanza por cuenta corriente acumulada de doce meses desestacionalizada registró un déficit de 52,3 mm de euros (alrededor del 0,6% del PIB de la zona del euro), frente al déficit de  2,4 mm de euros contabilizado un año antes. Este incremento fue resultado, principalmente, de un descenso del superávit de la balanza de bienes (de 44,6 mm de euros a 1,9 mm de euros) y, en menor medida, de un cambio de signo de la balanza de rentas (que pasó de un superávit de 3,6 mm de euros a un déficit de 2,7 mm de euros), que se compensaron, en parte, con un incremento del superávit de la balanza de servicios (de 35,4 mm de euros a 42,7 mm de euros) y con un descenso del déficit de la balanza de transferencias corrientes (de 96,1 mm de euros a 94,2 mm de euros).

Cuenta financiera
En la cuenta financiera, el agregado de inversiones directas y de cartera registró entradas netas por importe de 21 mm de euros en abril de 2011, como resultado de las entradas netas de inversiones de cartera (48 mm de euros), que se compensaron en parte con salidas netas de inversiones directas (27 mm de euros).

Las salidas netas de inversiones directas fueron resultado, principalmente, de las salidas netas contabilizadas en acciones y participaciones de capital y beneficios reinvertidos (30 mm de euros).

Las entradas netas de inversiones de cartera estuvieron determinadas, principalmente, por las entradas netas de valores distintos de acciones (90 mm de euros), que se compensaron parcialmente con salidas netas de acciones y participaciones (42 mm de euros). Las entradas netas de valores distintos de acciones tuvieron su origen,
fundamentalmente, en las compras netas de valores de renta fija a largo plazo de la zona del euro, como bonos y obligaciones (72 mm de euros) realizadas por no residentes.