No sólo julio, ya son muchos meses que los problemas de deuda de países periféricos
dan quebraderos de cabeza al mercado europeo, pero sí ha sido éste cuando se ha revolucionado todo. Partiendo de la incapacidad de Grecia de hacer frente a los pagos de deuda soberana, el riesgo al contagio a otras economías vecinas, elevó el interés de los bonos españoles e italianos a máximos cercanos al 7%. La situación, casi insostenible llevó al Eurogrupo a reunirse de urgencia en varias ocasiones, hasta que el viernes 22 finalmente se llegó a un acuerdo para entregar a Grecia 109.000 millones e involucrar al sector privado en este rescate con el rollover de los cupones y el alargamiento de los vencimientos. Este pacto, según Marc Ribes, director de Activo Trade en Madrid, “va por el buen camino. El BCE va a recapitalizar los bancos griegos porque, en el momento en que dejen de servir los colaterales de deuda griega, las financieras helenas tendrán que aportar liquidez al BCE y esa ahora el propio organismo europeo el que presta ese dinero para volverlo a recibir. Con ello se solventa el tiempo en el que está y sale de esa suspensión de pagos”.


Por otro lado, además, se aprobaron los créditos preventivos. Bendita medida para las economías periféricas en problemas como España e Italia. Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, califica a esta idea de “muy buena porque minimiza el efecto contagio y trata de asustar a Hedge Funds pues, si el Fondo de Estabilidad Europea aparece en el mercado comprando deuda aumenta la demanda sobre los bonos, apreciando su precio y se disminuyendo la rentabilidad que pagan. A su vez, esto disuade a los Hedge Funds que invierten en CDSs”. Aún así, David Fernández, analista de fondos de Tressis, considera que “en el conjunto de 2011-2012 debemos evitar cualquier exposición a la deuda pública, puesto que la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo para el segundo semestre va a lastrar mucho los rendimientos de los activos de deuda pública”.

Y, cuando todo era un festival de alegría y subidas en la renta variable, llegó el oportunismo capitaneado por Moody’s. La agencia, sólo dos días después del pacto del Eurogrupo, rebajó la calificación de la deuda griega al borde del default ('Caa1') tiñendo de negro, otra vez, el panorama en la renta fija y variable.

Pero no sólo Europa andaba a vueltas con sus problemas de deuda, también el todopoderoso EE.UU.. A día de hoy, y tan sólo 4 días antes de que finalice el plazo demócratas y republicanos siguen sin llegar a un acuerdo para subir el techo de deuda. El default pende de un hilo, aunque los expertos creen que el acuerdo terminará llegando antes del 2 de agosto. Ribes recuerda que “el 40% de la deuda americana está en manos del gobierno y un default afectaría directamente al país, a los bancos americanos y a los bancos chinos, que son los mayores compradores”.

El mercado parece seguir descontando dicho acuerdo y, si bien, los principales índices norteamericanos llevan una semana de caídas encadenadas, la bolsa americana está alcista. Por ello, Víctor Alvargonzález, CEO de Profim, “señala que no es momento de comprar bonos americanos, ya que están muy altos., aunque EEUU sí es el sitio donde invertir en renta variable”.

Y, justo en el ecuador del mes, los tan esperados y, a la par, previsibles tests de stress de la banca europea vieron la luz. 5 financieras españolas -Unimm, Caja 3, CAM, Banco Pastor y CatalunyaCaixa - no los pasaron, aunque hay que tener en cuenta que también nuestro país fue el que más entidades sometió a examen, un 95%, frente al 65% de media de toda la Eurozona y valió para vivir un mini rally en la renta variable. Federico Gómez economista del Banco Santander, comenta que “las pruebas de solvencia, con respecto a la banca española, han fueron bastante buenas”. Sin embargo, no insuflaron suficiente confianza en el mercado como para salvar a la Caja de Ahorros del Mediterráneo, que terminó pidiendo clemencia al FROB y su nacionalización. “Estratégicamente tan mal lo han hecho los gestores de la entidad, que el resultado es el esperado, no podía ser otro. La intervención y los últimos conatos del consejo de administración, por lo menos, trataron de paralizar, y lo consiguieron, el nombramiento de los consejeros del nuevo banco CAM”, comenta Rafael Montava, consultor de empresas. Ahora las acciones de la CAM tienen los días contados. Dejarán de cotizar después de que la Asamblea General lo apruebe el 16 de septiembre.

En el lado opuesto a la CAM encontramos a Bankia y Banca Cívica, no sólo porque estas entidades sí pasaron los tests de stress, si no porque, además, les beneficiaron en sus respectivas salidas a Bolsa los días 20 y 21. Aún así, el estreno fue dispar. Mientras la entidad presidida por Rodrigo Rato se dejaba hasta un 5% en sus primeros pasos por el parqué, Banca Cívica mantenía el tipo al día siguiente. Sin embargo, en una semana de cotización ambas compañías están en terreno negativo y levantan suspicacias, por lo que Daniel Pingarrón afirma que “las salidas de Bankia y Banca Cívica no son positivas, ya que salieron en días en los que la bolsa estaba subiendo y su precio estuvo soportado por la compra de títulos por parte de bancos colocadores”. Javier Flores, analista de Dracon Partners EAFI, además, comenta que “el mercado es el que manda ahora en Bankia y Banca Cívica y se está viendo que, al menos en el corto plazo, no garantizan que la rentabilidad sea atractiva”.

Todo lo anterior ha llevado al Ibex 35 a naufragar en un mar rojo. En el mes el selectivo español pierde un 2,19% y, sus pesos pesados no se quedan atrás. BBVA y Santander se dejan en torno aun 3% y Telefónica en torno a un 4%. Aún así, hay expertos que recomienda aprovechar las gangas, como en Javier Flores, que aconseja ““tomar posiciones con las caídas en Santander y BBVA y, en cuanto tengamos otra vez rentabilidad, salir para volver a quedarnos en liquidez”.