
El próximo 24 de septiembre Iberdrola celebrará su Capital Markets Day, en el que está previsto que la empresa que preside Ignacio Galán actualice su plan estratégico. La cita cobra especial relevancia después de que ayer saltase la noticia de que el Gobierno de Donald Trump podría retirar los permisos para el desarrollo de dos proyectos de eólica marina en las costas de Massachusetts.
Según una información que fue adelantada por la agencia Bloomberg, el Gobierno EEUU podría retirar la autorización para construir y operar los parques eólicos marinos de New England Wind 1 y 2, ubicados en las costas de Massachusetts, lo que amenazaría la continuidad de los proyectos en los que participa Avangrid, filial estadounidense de Iberdrola. En conjunto, podrían sumar inversiones de 8.000 millones de dólares. (unos 6.860 millones de euros al cambio actual).
La Casa Blanca enmarca esta medida en la necesidad de “garantizar que EEUU pueda mantener una industria pesquera sólida para las generaciones futuras y proporcionar energía de bajo coste a sus ciudadanos”.
Son “malas noticias para Iberdrola, al suponer un varapalo para una de las principales vías de crecimiento del grupo: eólica marina en EEUU”, explica Aránzazu Bueno, analista de Bankinter. “La parte positiva es que, afortunadamente para Iberdrola, New England es un proyecto que está en una fase totalmente inicial y no tiene invertidos, de momento, una cantidad importante de fondos”.
New England 1 fue adjudicado en septiembre del pasado año con una capacidad de 791MW y supondría una inversión de 3.000 millones de dólares. El plan era comenzar a construir en 2025 y alcanzar la plena operación comercial en 2029. New England 2, es más ambicioso, y supondría alcanzar hasta 1.080MW de capacidad.
En EEUU Iberdrola tiene además el parque eólico marino Vineyard Wind 1 con 806MW ya en construcción, Kitty Hawks con 2.400MW en fase previa de desarrollo, y Gulf of Maine, también en desarrollo, con 3.000MW. Todos estos proyectos están en la costa este del país.
Bueno explica que EEUU es “uno de los principales focos estratégicos del grupo en el exterior, junto con el Reino Unido”, con los dos grandes objetivos puestos en el desarrollo de redes eléctricas y la eólica marina. “Ahora, está por ver hasta qué punto es capaz de alcanzar su meta en eólica marina”, cree la analista de Bankinter. “Esta tecnología ha pasado en pocos meses de ser muy favorecida con incentivos fiscales por parte de la Administración Biden a ser muy controvertida y obstaculizada bajo la Administración Trump. Trump considera la eólica marina como una fuente de energía ‘fea, cara y poco fiable’”.
El más afectado hasta ahora por la nueva política energética estadounidense es Ørsted y sus proyectos al sur de Rhode Island (80% completado y recientemente paralizado). En abril el secretario del Interior congeló el proyecto Empire Wind de la noruega Equinor, (5.000M$) frente a la costa de Long Island. El bloqueo a Equinor se levantó tras alcanzarse un acuerdo entre la Casa Blanca y la gobernadora del estado, para permitir un nuevo gasoducto.
“Habrá que esperar y ver qué pasa finalmente con los proyectos de Iberdrola en EEUU y su enfoque en su próximo Día del Inversor”, señala Bueno.

De momento, Bankinter mantiene una recomendación de ‘comprar’ para Iberdrola con un precio objetivo de 17,90 euros por acción que supone un potencial alcista de un 13,5% frente a los niveles actuales.
Hoy las acciones de Iberdrola bajan un ligero 0,25% hasta marcar 15,76 euros en el IBEX 35. Los títulos llegaron a tocar unos máximos de 16,785 euros el pasado 22 de agosto, con una corrección del 6% desde entonces. No obstante, todavía suben un 34,4% desde que en diciembre del año pasado marcasen unos mínimos de 11,721 euros.

