IAG registró en los nueve primeros meses del año unas pérdidas de 5.567 millones de euros frente a ganancias de 1.814 millones en ese periodo de 2019, arrastrado por las restricciones al tráfico aéreo impuestas en todo el mundo para contener la pandemia del Covid-19.
La aerolínea ha informado a través de la CNMV que solo en el tercer trimestre alcanzó unas pérdidas de 1.761 millones de euros, frente a 1.008 millones de beneficio un año antes.
Tal como avanzó la semana pasada IAG los ingresos del tercer trimestre quedaron en 1.239 millones de euros, un 82,9% menos que los 7.266 de ese mismo periodo del año anterior.
La pérdida de las operaciones antes de partidas excepcionales del tercer trimestre fue de 1.300 millones de euros (mientras que en el mismo periodo del año pasado el beneficio de las operaciones fue de 1.425 millones de euros), mientras que en los nueve primeros meses del año fue de 3.200 millones de euros (2019: beneficio de las operaciones de 2.520 millones de euros).
El efectivo se situó en 5.011 millones de euros a 30 de septiembre de 2020, lo que supone una disminución de 1.672 millones de euros respecto a 31 de diciembre de 2019.
Al cierre del periodo, la deuda neta, incluida la deuda asociada con los pasivos por arrendamientos, ascendía a 11.096 millones de euros comparado con 7.571 millones de euros a 31 de diciembre de 2019. El ratio deuda neta / EBITDA es de (42,8) de cara a los cuatro trimestres anteriores; el EBITDA se redujo considerablemente por el impacto del COVID-19.
Las líneas de financiación generales y de aeronaves comprometidas y no utilizadas ascendían a 1.600 millones de euros, suponiendo una liquidez total de 6.600 millones de euros. Incluidos los 2.700 millones de euros brutos procedentes de la ampliación de capital (recibidos a comienzos de octubre), la liquidez proforma total se sitúa en 9.300 millones de euros.
Sin previsiones de recuperación en la demanda hasta 2023
Según Luis Gallego, Consejero Delegado de IAG, “estos resultados muestran el persistente impacto negativo del COVID-19 en nuestro negocio, pero los constantes cambios en las restricciones impuestas por los gobiernos no han hecho sino agravarlos. Esto crea incertidumbre en nuestros clientes y dificulta la planificación eficaz de nuestro negocio".
“Instamos a los gobiernos a que adopten procedimientos para realizar test antes de las salidas de los vuelos con métodos fiables y asequibles y que también contemplen la opción de realizar pruebas posteriores a los vuelos para eximir a los pasajeros de las cuarentenas cuando procedan de países con elevadas tasas de contagio. Esto permitiría abrir rutas, estimular la economía y conseguir que las personas viajen con confianza. Cuando abrimos rutas, observamos que existe una demanda de viajes contenida. Sin embargo, continuamos esperando que la demanda de pasajeros tarde al menos hasta 2023 en recuperar los niveles de 2019", ha añadido.