Por esto, sólo consiguieron amortiguar el 40% de la caída del mercado de renta variable: entre el 29 de julio y el 30 de septiembre, los convertibles se dejaron un 7,52% mientras los mercados de renta variable caían un 12,57%. Sin embargo, las compañías siguen estando en una excelente forma financiera con altos márgenes y gran cantidad de liquidez. Son los factores macroeconómicos y políticos los que están marcando la tendencia, pero esto también crea oportunidades.


Por ejemplo, la sensibilidad media de la renta variable en nuestras carteras convertibles ha caído hasta el 30%, pero, a pesar de los tipos de interés históricamente bajos, la rentabilidad ha aumentado significativamente entre el 4.5% y el 8%, dependiendo del fondo. Esto significa que si la situación macroeconómica mejorara, los convertibles no sólo se beneficiarían de una recuperación del mercado de renta variable, sino también del estrechamiento de los diferenciales de crédito


En lo que respecta a las valoraciones, la severa corrección del mercado, que parece estar contando con índices de crecimiento mucho más bajos, y los diferenciales de crédito notablemente más amplios a lo largo de los últimos meses han afectado a las valoraciones de los bonos convertibles, a pesar de sus fundamentales. Con los convertibles cotizando a niveles tan bajos, hay oportunidades muy interesantes; su opción de conversión está ahora barata e incluso gratuita en ciertos casos. Además, hay que tener en cuenta que el mercado primario está manteniendo su tamaño. Debido al nerviosismo de los mercados financieros, el mercado primario ha estado muerto a lo largo del verano, período tradicionalmente tranquilo, pero debería remontar una vez que la situación se haya estabilizado. Sin embargo, es importante subrayar que estuvo especialmente activo en el primer semestre del año con más de 62.000 millones de dólares en nuevas emisiones. Las emisiones estadounidenses -que suponen el 36% del total de emisiones- siguieron dominando el mercado, pero sobre todo eran de compañías de pequeña y mediana capitalización que ofrecen convertibles con baja convexidad. Los emisores de la zona emergente, especialmente en Asia, también siguieron activos en una amplia variedad de sectores, reforzando una tendencia hacia las grandes emisiones que empezó en 2010 (Wharf, Lotte Shopping o San Miguel son buenos ejemplos). Europa ha estado menos activa (23%) y las emisiones en su mayor parte procedían de compañías de tamaño mediano con atractivos subyacentes.

Por último, en un entorno muy agitado, la liquidez en el mercado de convertibles siguió siendo suficiente. El equilibrio entre emisores de convertibles, compradores sólo a largo y hedge funds todavía es sólido. Estimamos que el 65% de los inversores del mercado son fondos sólo a largo y el resto se divide entre hedge funds de bajo y moderado apalancamiento e inversores de renta variable o renta fija. El mercado estadounidense es el más amplio y el más líquido, seguido de Europa y Asia. La liquidez en Europa y Asia está ahora en niveles similares, un indicador del papel cada vez más importante que juegan los mercados emergentes en el universo de los bonos convertibles.