Una crisis financiera provocada por apuestas temerarias en el mercado inmobiliario estadounidense ha causado grandes pérdidas en los bancos del país y el Gobierno ahora está probando su capacidad de respuesta ante la tensión para restablecer la confianza del inversor en la salud del sistema.

Geithner dijo que creía que la gran mayoría de los 19 bancos podrá recaudar capital suficiente de fuentes privadas durante los próximos seis meses. No obstante, si no son capaces de hacerlo, el Gobierno podría tener que inyectar más dinero de los contribuyentes para reflotar los respaldos de capital bancario. Geithner dijo que si esto empujaba la participación pública por encima de un 30 por ciento, Estados Unidos podría tener que tomar un papel gerencial bancario más activo.


"Si nos enfrentamos a esas situaciones, tendremos que elaborar juicios sobre si la calidad del liderazgo de esas juntas es lo suficientemente fuerte para que, nuevamente, nuestros intereses sean satisfechos del mejor modo", dijo. Geithner expresó también que el ritmo del declive económico estadounidense se estaba desacelerando, pero que la economía aún afrontaba una enorme incertidumbre.

"Creo que las cosas se sienten mejor. Creo que la gente percibe un poco más de estabilidad. Se puede ver en el comportamiento. La gente está gastando un poco más", dijo Geithner, repitiendo el tono deliberadamente más confiado adoptado por los altos cargos estadounidenses en los últimos días. "Son los pasos necesarios para que empiece una recuperación, pero, ustedes saben, esto va a llevar un rato", dijo.

La economía estadounidense se contrajo un 6,1 por ciento durante el primer trimestre en la peor recesión en una generación, pero se pronostica que el crecimiento se recupere gradualmente durante el segundo semestre del año.
"El ritmo del descenso se está desacelerando, aquí y a nivel mundial. Y hay algunos lugares donde estamos viendo que las cosas empiezan a mejorar, pero lo principal es una sensación de estabilidad", dijo.