El FMI cree que los países de América del Sur, un área en su mayor parte incluida dentro del grupo de los llamados "emergentes", debería controlar su demanda ya que, en caso contrario, podrían exponerse al riesgo de "sobrecalentamiento, inflación y deterioro de la cuenta corriente externa".  

El FMI prevé un crecimiento del PIB de la región América Latina y Caribe del 5,7% en 2010 y del 4% en 2011, y, dos años después del inicio de la crisis financiera mundial, algunos de los países de la zona están creciendo a un ritmo que superan únicamente las economías emergentes de Asia.


Sin embargo, la institución advierte de que el comportamiento de los países de la zona sigue "diferentes ritmos", lo que plantea desafíos de diversa índole para la formulación de políticas económicas. Así, señala que la mayoría de los países sudamericanos exportadores de materias primas gozan de "condiciones externas muy favorables", por lo que algunos de ellos registrarán un crecimiento por encima del 7% este año.