Fernández Ordóñez prefiere que el Ejecutivo se guarde un as en la manga por si las previsiones macroeconómicas finalmente no se cumplen. En el contrapunto, Rodríguez Zapatero ratificó en su optimismo, asegurando que en el 2012 la economía crecerá «con cierto vigor» y se creará empleo.

El mandatario del Banco de España apuntó directamente a la necesidad de controlar y vigilar que las comunidades autónomas y los ayuntamientos cumplan los objetivos de estabilidad presupuestaria, ya que es en ellos donde ve mayor peligro de desviaciones. En este sentido, se mostró partidario de fijar para ambas un techo de gasto, al que se refirió como «un hallazgo que se debería explorar». Consideró que podría volver una ola de desconfianza frente a España si hay desviaciones en la meta del 6%.